Ciudad adentro
El PRI no es nuevo ni es un partido de generación espontánea que llegó a un
país del que no sabía nada (de pronto eso parece). Si algún partido (sus
dirigentes, militantes y muchos mexicanos) conoce la realidad nacional, la
forma en que opera el sistema y la idiosincrasia y el modus operandi de la clase política, es el PRI, así que no vengan
con que no sabían o no se lo imaginaron o no lo calcularon o no lo esperaban.
Me refiero por supuesto al conflicto, cada vez más grande, provocado por la
inconformidad de decenas de miles de maestros que, primero, no fueron
escuchados y, segundo, siguen sin ser atendidos con respecto a la reforma
educativa y a tres leyes reglamentarias: la General de Educación, la del
Instituto Nacional de Evaluación de la Educación y, las más problemática, la
Ley del Servicio Profesional Docente.
¿Qué acaso el PRI no sabe cómo es la Coordinadora Nacional de Maestros de
la Educación? ¿Qué no tenía idea de por qué es un grupo disidente del SNTE, por
cierto, cada vez más grande y extendido en varios estados de la República? ¿Qué
no se acuerda el PRI de las manifestaciones violentas de hace algunos meses
cuando se empezaba a “socializar” la reforma educativa? ¿Qué acaso los priistas
“de hoy” ignoran que desde el PRI se operó en su momento –Salinas— para quitar
a Carlos Jonguitud Barrios y poner a Elba Esther Gordillo?
El PRI lo sabe perfecto y que los maestros de la CNTE se opondrían. Y tan
es así, que el mismo Enrique Peña Nieto, Presidente de México, lo reconoció al
afirmar ayer que los mentores que se oponen ¡están mal informados! Y ¡es
cierto! Es, de hecho, la primera vez que escucho al titular del Ejecutivo federal
referirse a una verdad incuestionable.
Preguntas (más): ¿Por qué dejaron crecer hasta este punto el problema? ¿Por
qué, cuando se discutirían las leyes secundarias? ¿Por qué no se organizaron
foros o mesas en donde los profesores fueran informador primero y luego
escuchados?
En las últimas semanas el Distrito Federal, de por sí caótico,
prácticamente está intransitable y el problema de ayer, ya tarde, era el
bloqueo de la principal vía que lleva al aeropuerto de la Ciudad de México, una
de las urbes más visitadas, habitadas y complejas del mundo.
No puedo pensar que todo lo hayan dejado crecer para meter en problemas a
la capital del país bajo el mando de un perredista (que no ha figurado como sus
antecesores en lo absoluto y se muestra más bien timorato) ¿Entonces? ¿Para
propiciar el desgaste de la sociedad? ¿Para enardecer los ánimos? ¿Para que
cientos de miles de niños pierdan clases? ¿Para, de todas maneras, enseñar el
músculo? Porque ya dijo Manlio Fabio Beltrones que aunque los maestros se
manifiesten y tengan cercadas las sedes del Congreso de la Unión, la tercera
ley se va aprobar a como dé lugar. Entonces ¿ése es el propósito? ¿Demostrar
que se detenta todo el poder con visos –cada vez más claros—de autoritarismo,
de soslayo y menosprecios de las manifestaciones ciudadanas, justificadas o no;
con razón o sin ella?
Si es por todo esto que dejaron crecer tanto el problema, entonces, andamos
mal… en niveles de gravedad y alarma.
Publicada en El Informador el sábado 24 de agosto de 2013.