martes, 9 de junio de 2015

Una más...

Ciudad adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

Todos sabemos que los maestros mexicanos, los afiliados al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, son carne de urna. De un contingente corporativo, es decir, de los grandes sectores del partido autoritario por antonomasia en nuestro país, dio un paso aún más contundente en el juego del poder al formar un partido político propio capaz de ser utilizado como carta de cambio ante el partido autoritario o cualquier otro, el que más les convenga en el concierto nacional, en los estados y en los ayuntamientos, no se diga en los poderes legislativos.
Antes sólo estaba al servicio del partido autoritario pero con la “maistra” las cosas cambiaron una vez que el otro partido, el de la doble moral por antonomasia, llegó al poder a partir del año 2000. No en balde está Elba Esther Gordillo en la cárcel (creemos ¿verdad?).
La corrupción sindical en el sector educativo es añeja y ha sido heredada de líder a líder desde hace décadas y precisamente por eso fue que surgió la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, la famosa CNTE; o bien, movimientos como el de Bases Magisteriales en Jalisco y en otros estados de la República. Claro que no se puede generalizar, pero en gran medida, los profesores que son considerados por el sistema como “disidentes” sí quieren una mejor educación y no se oponen a la evaluación siempre y cuando no sea utilizada a conveniencia por los líderes sindicales. Infortunadamente esta es información que por lo general no trasciende, todo se queda en el vandalismo, en la suspensión de clases y en las notas periodísticas lo más escandalosas posibles para aprovechar y descalificar todo el movimiento.
Hasta aquí el brevísimo contexto porque luego no me alcanza el espacio. Cuando la dizque reforma educativa que en realidad fue laboral, ya en este sexenio, uno de los puntos polémicos fue precisamente la evaluación porque, según argumentaron varios profesores “disidentes”, sería manipulada por el sindicato.
¿De cuántas manifestaciones, protestas, paros y suspensión de clases hemos sido testigos desde entonces (¡y desde antes!)? En este mismo espacio he comentado diferentes aspectos relacionados con la reforma y ¿por qué hasta ahora, a poco más de una semana de las elecciones, se decide suspender la evaluación magisterial? Y luego, se hace en plenas campañas electorales cuando se supone que los funcionarios públicos deben aparecer lo menos posible para no “entorpecer” ni “enrarecer” el proceso (digo, de todas maneras contaminan) y de la manera más escueta y ambigua: “La Coordinación Nacional del Servicio Profesional Docente de la Secretaría de Educación Pública informa: Con motivo de nuevos elementos a considerar en el proceso de evaluación para el ingreso, promoción y permanencia en Educación Básica y Media Superior, quedan suspendidas indefinidamente las fechas publicadas para su realización”.
Más claro ni el agua ¿no? El rector de la UNAM, José Narro, lo explicó de manera muy diplomática y, de hecho, rebuscada, pero lo dijo: “Lamento que se desdibuje (la reforma educativa) con una determinación de la que además no tenemos una explicación clara más allá de una cuantas decenas de palabras y que si uno lee las cosas, de cualquier manera no tiene la repercusión política que se buscaba pretendidamente. Quiero pensarlo para permitir generar un clima en condiciones mucho más favorables para el proceso electoral, lo lamento pues, profundamente”.
Sí, estoy convencida de que tiene que ver con el proceso electoral y, bueno, es claro que quien tomó la decisión de suspender la evaluación, es quien está en el poder y enfrenta problemas muy serios para ganar las diversas elecciones que están en juego mañana; la interpreto como una medida marrullera y desesperada, muy sucia de hecho, hasta traidora porque va contra las necesidades y demandas de los mexicanos. Sé que los maestros de verdad, que aman a México, no caerán en esta manipulación burda y grosera… Una más.


Publicada en El Informador el sábado 6 de junio de 2015.