Ciudad adentro
LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)
Todos
sabemos que los maestros mexicanos, los afiliados al Sindicato Nacional de
Trabajadores de la Educación, son carne de urna. De un contingente corporativo,
es decir, de los grandes sectores del partido autoritario por antonomasia en
nuestro país, dio un paso aún más contundente en el juego del poder al formar
un partido político propio capaz de ser utilizado como carta de cambio ante el
partido autoritario o cualquier otro, el que más les convenga en el concierto
nacional, en los estados y en los ayuntamientos, no se diga en los poderes
legislativos.
Antes
sólo estaba al servicio del partido autoritario pero con la “maistra” las cosas
cambiaron una vez que el otro partido, el de la doble moral por antonomasia,
llegó al poder a partir del año 2000. No en balde está Elba Esther Gordillo en
la cárcel (creemos ¿verdad?).
La
corrupción sindical en el sector educativo es añeja y ha sido heredada de líder
a líder desde hace décadas y precisamente por eso fue que surgió la
Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, la famosa CNTE; o bien,
movimientos como el de Bases Magisteriales en Jalisco y en otros estados de la
República. Claro que no se puede generalizar, pero en gran medida, los
profesores que son considerados por el sistema como “disidentes” sí quieren una
mejor educación y no se oponen a la evaluación siempre y cuando no sea
utilizada a conveniencia por los líderes sindicales. Infortunadamente esta es
información que por lo general no trasciende, todo se queda en el vandalismo,
en la suspensión de clases y en las notas periodísticas lo más escandalosas
posibles para aprovechar y descalificar todo el movimiento.
Hasta
aquí el brevísimo contexto porque luego no me alcanza el espacio. Cuando la
dizque reforma educativa que en realidad fue laboral, ya en este sexenio, uno
de los puntos polémicos fue precisamente la evaluación porque, según
argumentaron varios profesores “disidentes”, sería manipulada por el sindicato.
¿De
cuántas manifestaciones, protestas, paros y suspensión de clases hemos sido testigos
desde entonces (¡y desde antes!)? En este mismo espacio he comentado diferentes
aspectos relacionados con la reforma y ¿por qué hasta ahora, a poco más de una
semana de las elecciones, se decide suspender la evaluación magisterial? Y
luego, se hace en plenas campañas electorales cuando se supone que los
funcionarios públicos deben aparecer lo menos posible para no “entorpecer” ni
“enrarecer” el proceso (digo, de todas maneras contaminan) y de la manera más
escueta y ambigua: “La Coordinación Nacional del Servicio Profesional Docente
de la Secretaría de Educación Pública informa: Con motivo de nuevos elementos a
considerar en el proceso de evaluación para el ingreso, promoción y permanencia
en Educación Básica y Media Superior, quedan suspendidas indefinidamente las
fechas publicadas para su realización”.
Más
claro ni el agua ¿no? El rector de la UNAM, José Narro, lo explicó de manera
muy diplomática y, de hecho, rebuscada, pero lo dijo: “Lamento que se desdibuje
(la reforma educativa) con una determinación de la que además no tenemos una
explicación clara más allá de una cuantas decenas de palabras y que si uno lee
las cosas, de cualquier manera no tiene la repercusión política que se buscaba
pretendidamente. Quiero pensarlo para permitir generar un clima en condiciones
mucho más favorables para el proceso electoral, lo lamento pues,
profundamente”.
Sí,
estoy convencida de que tiene que ver con el proceso electoral y, bueno, es
claro que quien tomó la decisión de suspender la evaluación, es quien está en
el poder y enfrenta problemas muy serios para ganar las diversas elecciones que
están en juego mañana; la interpreto como una medida marrullera y desesperada,
muy sucia de hecho, hasta traidora porque va contra las necesidades y demandas
de los mexicanos. Sé que los maestros de verdad, que aman a México, no caerán
en esta manipulación burda y grosera… Una más.
Publicada en El Informador el sábado 6 de junio de 2015.