Ciudad Adentro
Emergencia
Hace una semana
más o menos se anunció oficialmente la conclusión de la búsqueda de cuerpos en
las zonas devastadas por los sismos en la Ciudad de México y el inicio de la
reconstrucción. A partir de esto se ha incrementado en redes sociales y a
través de mensajes de WhatsApp, el reclamo directo al Presidente Enrique Peña
Nieto sobre todo por dos “propuestas” que dejan en evidencia una vez más, el
manejo ineficiente de la situación --por decir lo menos--, la falta de ideas,
de iniciativas significativas para salir de la emergencia y la ausencia de
disposición que bien se podría interpretar como mezquindad y comprensión real
de lo que está pasando.
Las dos
“propuestas” de seguro las conocen pero vale la pena retomarlas para no
perderlas de vista ni por un instante: microcréditos y organización en “tandas”
con un “apoyo” de 120 mil pesos para “construir” una vivienda digna y
suficiente de dos recámaras.
Si de por sí el
gobierno estuvo ausente en el inicio muy probablemente apabullado por las
acciones ciudadanas que no esperaron a ver con qué ocurrencia salían el
Gobierno federal y el de la Ciudad de México, ahora, con una displicencia y
desfachatez se plantean créditos (así como para que los damnificados queden
endeudados por varios años) y tandas para construir cada por casa con 120 mil
pesos. Qué bárbaros, se exceden con tal nivel de generosidad (sarcasmo).
¿Alguien se acuerda del costo de la Casa Blanca? ¿La que dizque “compró” la
esposa del Presidente con “sus ahorros”? Bueno, en un cálculo moderado se informó
que se compró en 54 millones de pesos, claro que con más de dos habitaciones.
Esa cantidad alcanzaría para 450 viviendas de 120 mil pesos cada una. Es clara
la minusvaloración de la realidad de los mexicanos, particularmente de los
afectados ahora por los sismos.
Con este cuento
neoliberal de no regalar, bueno, a los afectados que perdieron sus casas por
deficiencias en la construcción, porque las empresas constructoras no
cumplieron con los requisitos y sí obtuvieron los permisos correspondientes de
la autoridad, se les propone endeudarse, pero además ni siquiera es propuesta:
“es lo que hay”.
A propósito de
estas genialidades se está convocando a través de redes a una marcha que se
espera sea multitudinaria para el próximo 21 de octubre. La lista de donativos
es larga y la cantidad total multimillonaria. Nada más Google y Facebook
donaron dos millones de dólares; más otros millones donados por empresarios
mexicanos y extranjeros, por gobiernos de otros países y los donativos valiosos
y significativos de las comunidades de mexicanos en diferentes naciones. No es
posible que se estén planteando créditos ni tandas. La reconstrucción debe
cargarse a la cuenta de los donativos que se siguen recibiendo y al presupuesto
previsto para situaciones de emergencia, el Fonden. Es fundamental que antes de
tomar cualquier decisión se transparenten los recursos recibidos y también debe
ser más claro que el agua de un manantial virgen, el destino que se dará a cada
peso. Nada de que a “Chuchita la bolsearon”.
Hace cinco días
hubo un concierto en el Zócalo de la Ciudad de México, #EstamosUnidosMexicanos,
en el que participaron cantantes que desde el primer momento se organizaron
para captar recursos y hacerlos llegar directamente y no a través del gobierno.
Se promovió la donación a #LoveArmyMexico y se reconoció, primero, la fortaleza
y la solidaridad del pueblo mexicano que no esperó a la autoridad de ningún
tipo para actuar de inmediato y salvar gente; segundo: se criticó la inacción
del gobierno, su ausencia, su pasividad; tercero: se promovió la necesidad de
permanecer juntos y de votar por “gente decente”, de no permitir ningún abuso
más, de propiciar los cambios desde la gente y no dar marcha atrás.
La fuerza de la
que somos capaces cuando estamos juntos quedó más que en evidencia y es a lo
que desde el poder se le tiene más
miedo. Seguramente por eso se criticó y descalificó el concierto. Lo he visto
en partes, pero los toques de trompeta y el himno nacional con el puño en alto
me emocionaron hasta las lágrimas. Es posible, hay que impedir la división
entre nosotros a toda costa. Los políticos ya están haciendo cálculos con el
ingrediente del sismo.
Ya basta. La
emergencia no ha terminado, urge mantener la unidad y la claridad para que las
cosas cambien en México a favor de los mexicanos.
Columna publicada en El Informador el sábado 14 de octubre de 2017.
Fe de erratas: en el artículo que se publicó en El Informador dice: "...450 mil viviendas", debe decir: "450 viviendas", aquí ya está corregido.