Ciudad Adentro
Lo más fácil
para no hacer nada, desde el gobierno, es echarnos la culpa de todo, incluida
la corrupción. Y como nos sentimos culpables, después ya nadie dice nada
mientras la corrupción continúa, crece, empeora y se afianza.
Con ese cuento
que nos vendieron tan bien de que la
corrupción somos todos, en realidad, fíjense bien lo que voy a decir, la
han propiciado; hemos caído en el juego y como para muchos es más fácil dar una
“mordida” que perder todo un día en el pago de la multa, pues ya está, se
cierra el círculo y nada qué hacer.
¿Por qué existe
la “mordida”, “cochupo”, dádiva o soborno? Porque las instituciones, esas que
desde que me acuerdo están tratando de fortalecer, otra vez esta semana para no
ir muy lejos, no funcionan. Porque la burocracia es un mazacote insondable cuya
ineficiencia e inoperancia no hace sino generar costos a la sociedad.
Hace muchos años
el empresario Arturo Márquez lo explicó con tal claridad que no lo he olvidado;
lo grave es que el problema persiste como si fuera ayer y nadie, de ningún
partido, ha hecho nada por empezar a atacar este cáncer de fondo, para
erradicarlo. Ninguno, pero ninguno ha tenido los tamaños para entrarle porque
siempre hay un cálculo electoral y la burocracia vende caro sus votos. Y ya.
Entonces, que
venga el señor Presidente a decir que es un asunto cultural y que también ahí
está la gente colgada del cable con los diablitos, no tiene nombre pero voy a
intentar hacer una descripción: es el reflejo inobjetable de la falta de
sensibilidad y de la distancia como de aquí a la Luna o más allá, entre la
clase gobernante y la población.
A ver. ¿Quiénes
se roban la luz? No justifico a quienes lo hacen de ninguna manera pero no
estaría de más hacer un análisis y revisar la situación económica de las
personas que incurren esa actitud tan reprobable. ¿Por qué se la roban? No dudo
que haya vivales, siempre hay y en todo el mundo, pero por lo general quienes
se roban la luz es porque no tienen servicio o porque no lo pueden pagar; y si
no lo pueden pagar es porque viven en la pobreza; no tienen trabajo o ganan muy
poquito. En lugar de echar culpas y señalar que “la gente también” ¿por qué no
se ponen a trabajar en soluciones de fondo para erradicar la pobreza, la mala
educación, los pésimos servicios de salud y mejorar el funcionamiento de la
burocracia?
Los impuestos
que pagamos alcanzan para pagar a un aparato gigante y obeso que dizque adelgazó y fue reestructurado, se
vendieron empresas paraestatales también cuando Salinas ¿se acuerdan? ¿Y? Lo
que se vendió fue o es monopolio y las “instituciones” que se conservan siguen
en la inoperancia total. ¿O qué sí funciona?
El día en que
sea fácil pagar una multa, es más probable que no se ofrezca mordida al agente
de tránsito; y si el agente tiene un buen sueldo (porque ahí también está el
problema, en las diferencias salariales entre la burocracia de abajo y la
dorada) no la va a aceptar y mucho menos a pedir. Y así con todo, en realidad
es sencillo, pero nadie lo quiere ver. El sistema es cómodo para los que están
más arriba y para la gente es una solución que impide retrasos, más costos,
pérdida de tiempo, corajes y frustración. Esto es lo que se tiene que resolver
cuanto antes y le toca a quienes viven de nuestros impuestos.
Les toca poner
orden en el funcionamiento de la burocracia y no lo hacen, nunca lo han hecho;
los intentos hasta ahora son de risa y, si acaso, duran un trienio o un sexenio
y quién sabe, se me hace mucho.
¿Qué vemos
corrupción detrás de todo lo que sucede? ¿Por qué será? ¿Y cómo es que todos?
¿Cómo es que el Presidente puede generalizar con respecto a algo que para él es
falso o una exageración?
Simple y
sencillamente no hay voluntad ni valentía en la cabeza de ninguna
administración pública (federal, estatal y municipal) para enfrentarse a
sindicatos, cotos de poder, intereses añejos. Y que ni digan que les preocupa
que haya paros y esas cosas, lo que les preocupa es que no llevarán a todo su
gremio a votar por ellos. Es una mezquindad descomunal y del mismo tamaño la
cobardía, de todos los integrantes de la clase política.
Sueño con el
surgimiento de líderes que efectivamente antepongan el interés general al
personal y las cosas funcionen en México, en Jalisco, en Guadalajara: la luz,
el servicio de transporte, la infraestructura vial; el sistema educativo y el
de salud; la recolección de basura y a disposición responsable de los desechos;
que todos ganemos bien y estemos contentos con nuestros trabajos. Muy sencillo.
Columna publicada en El Informador el sábado 21 de octubre de 2017.