viernes, 8 de diciembre de 2017

Transporte y basura III

Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

Esta es la penúltima columna de la serie ahora con comentarios relativos a la disposición de desechos sólidos en las ciudades que he conocido en Europa, pero antes, me faltó decir que en los autobuses de transporte público de Madrid hay wi fi, digo, por si no fueran ya muchas las bondades. Seguramente no es perfecto. Los madrileños le encontrarán defectos, especialmente si son quisquillosos, pero el sistema funciona muy bien, es eficiente, reduce costos, molestias y tiempos. Ojalá, algún día.
La basura: Así como con el transporte hay diferencias en los manejos y administraciones de una ciudad a otra, de un país a otro, sucede lo mismo con la basura. En general, en todas las ciudades se separa la basura. Por lo general son tres disposiciones distintas para la basura de todos los días, por llamarla de alguna manera; y tres más para basura que se genera cada semana o cada mes. En las casas se dispone de dos o tres botes de basura para desechos orgánicos, desechos inorgánicos reciclables y desechos inorgánicos no reciclables. Curiosamente, no hay una clasificación para desechos sanitarios como sí hay en México, en Guadalajara específicamente, aunque eso tiene que ver con las características de los papeles que se usan y los sistemas de tratamiento. Ni en las ciudades de España ni en las de Italia que conocí, tienen algún contenedor para desechos sanitarios, eso todo se va por el retrete.
Los otros tres son recipientes o contenedores para tirar vidrio, papel y cartón; y en algunos casos, madera y textiles por ejemplo.
No es perfecto. En Madrid, durante cinco días se dejó un montón de escombros y hasta un escusado en una esquina, nada menos y nada más que frente al Palacio de Liria, el del Duque de Alba. Y a una cuadra de ahí se encuentran los contenedores más grandes para los tres tipos de desechos que no son de todos los días y que en un momento dado se pueden almacenar en las casas sin que huelan o se descompongan.
Esta basura estuvo cuatro días ahí. Es la banqueta frente al Palacio de Liria en Madrid.

Todos los días se tira basura pero se alternan orgánica e inorgánica.  En Madrid, Sevilla y Bilbao, las personas tiran la basura en contenedores pequeños que se dejan en las banquetas y son los botes los que tienen diferentes colores de acuerdo al tipo de basura; y los camiones pasan en la madrugada temprano, como entre cuatro y cinco de la mañana a recoger los desechos.
En Sevilla vi algo que me dejó maravillada y hasta le tomé video a ver cómo lo puedo compartir después pero por lo pronto trataré de describir: hay sobre las banquetas botes pequeños de basura, digamos como los del centro de Guadalajara, quizá un poco más grandes y están fijos en el pavimento; a la medianoche pasan unas grúas que levantan el bote y es como si el recipiente fuera una especie de agarradera de un contenedor subterráneo, cinco o seis veces más grande y que capta los desechos orgánicos e inorgánicos de los transeúntes. No ocupa mayor espacio en la superficie y esa caja enorme se vacía en los compartimientos del camión que son dos, uno para cada tipo de basura; y luego se regresa a su lugar, oculto a la vista. Genial. En las calles que son angostas, se entresacaron unos espacios para tener ahí los botes de la basura que se tira todos los días, con la idea de que no estorben ni al parque vehicular, ni a los peatones. Y también en la noche, sobre todo en las zonas peatonales, pasan barredoras, carritos y personal con mangueras haciendo una limpieza exhaustiva de las calles y las banquetas.

El video está muy pesado, me dice Blogger pero aquí está una foto del contenedor y del hueco, creo que se aprecia bien. Esto es en Sevilla.

Me falta describir el sistema de disposición de desechos sólidos en Venegono Superiore (Lombardía), le dedicaré la siguiente columna ya para cerrar esta serie, pero ojalá esta información sirva de algo.

Es cuestión, reitero una vez más, de voluntad, de ganas de hacer las cosas bien, de buscar y encontrar soluciones de fondo; aunque también creo que en la medida en que como ciudadanos conozcamos otras maneras de disponer la basura y otros sistemas de transporte, tendremos más y mejores herramientas para exigir a las autoridades que hagan su trabajo con mejores resultados que los que tenemos hasta ahora.

Esta columna se publicó en El Informador el sábado 25 de noviembre de 2017.