Ciudad Adentro
La inflación, la
devaluación, la inseguridad, los golpes que el mismo Estado asesta, el
desempleo y el empleo precario, las deficiencias en el sistema de salud y todas
las carencias que venimos arrastrando desde hace años y que con frecuencia
enumero en este espacio, dejan poco margen para la esperanza o para el
optimismo siquiera.
A eso hay que
sumar la carrera desenfrenada por el poder en la que están inmersos los
partidos políticos, la guerra sucia que no ha cesado y el panorama electoral
que no es nada alentador para el año que está por comenzar.
Y si acaso un
pequeño fuego de entusiasmo empezaba a surgir por ahí, las noticias recientes lo
apagaron de inmediato: me refiero por ejemplo a la excarcelación de Elba Esther
Gordillo (es como una traición a los mexicanos) y, en esta semana, el dato
espeluznante de lo que se ha gastado la administración de Enrique Peña Nieto en
publicidad con base en el artículo que se publicó en The New York Times y que, a su vez, se sustentó en un estudio muy
completo de Fundar. Centro de Análisis e Investigación titulado Contar “lo bueno” cuesta mucho. El gasto en
publicidad oficial del Gobierno federal, 2013-1016. Por cierto, está
disponible en internet por si desean profundizar en los datos (click aquí): ¡dos mil
millones de dólares!
La reforma
fiscal de Estados Unidos golpeó la paridad peso/dólar, las expectativas de
crecimiento son muy bajas y los analistas opinan que será difícil mantener la
inflación a la baja, que, dicho sea de paso, el índice inflacionario no dice
nada de la realidad del alza de precios en México que progresiva y en muchos
casos estratosférica, nada más hay que entrar a la página de la canasta básica
para darnos cuenta.
Asesinaron a un
diputado jalisciense el jueves pasado y a un presidente municipal de Guerrero ayer.
Con el alcalde de Petatlán son cuatro los ediles asesinados de octubre a la
fecha ¿qué está pasando?
Reitero, el
panorama es muy desalentador, sin embargo, sí hay signos que nos pueden motivar
a mantener viva la esperanza de que las cosas en México van a cambiar para bien
y están cambiando. Desde hace décadas, como una gotita de agua, la sociedad
civil se ha organizado y especializado (lo comenté la semana pasada a propósito del trabajo del
colectivo Seguridad sin Guerra) además de que ha ganado experiencia en su trabajo
constante y permanente de enfrentarse al poder para gestionar soluciones y
respuestas a las más diversas causas, no siempre con éxito claro; y hasta
podríamos decir que ha habido más derrotas que logros, pero lo importante es
que no se ha quitado el dedo del renglón.
Desde hace años
algo se mueve en este país, en el México profundo y en una población juvenil
que ha sido juzgada de ni ni y que
realmente tiene ante sí un futuro muy poco prometedor. Si para los adultos el
porvenir es incierto, no se diga para los jóvenes. Pues bien, esos jóvenes
veinteañeros, treintones están tomando las riendas en muchos sentidos y estas
sí son noticias esperanzadoras. Se les identifica como millennials y con frecuencia las expresiones no son favorables
porque por lo general desdeñan todo lo que huela a viejo, a adulto. Yo misma
los he criticado, sin embargo, hay terrenos en donde se están integrando
juventud y experiencia que empiezan a rendir frutos.
Me alienta
particularmente el movimiento de jóvenes de Wikipolítica que tiene como líder a
Pedro Kumamoto como el primer diputado independiente en ganar una elección y
que para las elecciones del 1 de julio se está preparando con todo. Empezó ya
la reunión de firmas para los aspirantes a una candidatura independiente para
el Congreso del Estado y en el caso de Kumamoto, quiere llegar al Senado, se
recaban firmas desde hace semanas.
Wikipolítica
tiene presencia en diez estados de la República y el movimiento sigue
creciendo. Esto es alentador, esperanzador y permite avizorar que a partir de
2018 las cosas estarán mejor en materia política y, de ahí, en muchos otros
ámbitos. La incursión de estos jóvenes es una especie de limpia, de depuración,
para ir reemplazando, como ellos dicen, a quienes no nos han representado hasta
ahora y son también ejemplo para generaciones todavía más jóvenes. ¡Feliz año!
Columna publicada en El Informador el sábado 30 de diciembre de 2017.