Ciudad
Adentro
Es
difícil creer que, ahora sí, el proyecto de la presa El Zapotillo en Cañadas de
Obregón, va para adelante. Se necesitarían unas cuatro planas, por lo menos,
para hacer un recuento y resumen de lo que ha pasado con ese embalse, cuya
construcción se detuvo en 2015, pero que en realidad ha sufrido cambios y
retrasos constantes desde su anuncio en mayo de 2005 como una alternativa a la
presa de San Nicolás, a la que se opusieron, con éxito, los habitantes de San
Gaspar, también en Los Altos de Jalisco.
Me
di a la tarea de echarme un clavado en la hemeroteca de El Informador,
porque El Zapotillo ha sido un tema recurrente, con altibajos, desde entonces.
Las personas en el gobierno son otras, pero la situación es casi la misma. Hay
una muy débil expectativa de que haya un cambio a favor de los pobladores, de
hecho, a favor de todas las partes, pero ante este patrón de más de dos
sexenios, nada se puede asegurar.
En
cuanto se hizo el anuncio, las autoridades eligieron una estrategia equivocada.
Tanto del Gobierno federal como del estatal, optaron por ocultar información y
manosearla; los datos con frecuencia eran ambiguos, particularmente cuando se
trataba de dialogar o “explicar” el proyecto a los habitantes de los tres
pueblos —Temacapulín, Acasico y Palmarejo— que siguen con incertidumbre sobre
sus patrimonios, a pesar de la suspensión ordenada por la Suprema Corte de
Justicia de la Nación en 2015.
En
estos 14 años el proyecto ha cambiado en varias ocasiones y eso ha incrementado
los costos en todos los sentidos: de construcción, de estudios de impacto
ambiental, proyectos ejecutivos, de las indemnizaciones prometidas, de las
obras hidráulicas asociadas como el acueducto y los diques para proteger a
Temaca de una posible inundación, pero sobre todo, costos y deterioro de las relaciones
entre los gobiernos, que han cambiado cuatro veces, y los pobladores que son
los mismos.
Todo
esto empezó con Francisco Ramírez Acuña hacia el final de su sexenio; siguió
con Emilio González Márquez, luego Aristóteles Sandoval Díaz y ahora se estrena
con Enrique Alfaro Ramírez.
Del
17 de octubre de 2007 encontré una primera plana de El Informador con la
siguiente cabeza y “bajada” “Confirman que harán El Zapotillo. Los gobernadores
de Jalisco y Guanajuato oficializaron la construcción de la presa, pese a
carecer de permisos ambientales y aprobación de poblaciones afectadas”. Como si
hubiera sido ayer.
Sobre
la segunda parte de la “bajada” vamos a ver qué pasa, porque, de entrada, los
pobladores reiteran que no se insista en pedir más de 500 millones de pesos
para indemnizaciones (mucho tiempo se manejó la cantidad de 200 millones para
ese mismo propósito) porque siguen en la misma postura de no aceptar la
inundación de sus pueblos.
Primera plana de la edición del 17 de octubre de 2007. Hemeroteca de El Informador. |
No
estaría mal que los equipos de los gobernadores hicieran un repaso de lo que ha
sido la historia de este proyecto. Pueden empezar con la edición del 25 de mayo
de 2005 y de paso les recomiendo el artículo que apareció en este mismo espacio
el sábado siguiente, 28 de mayo, titulado: “Ejemplo de desinformación”. Esta ha
sido la característica a lo largo de tanto tiempo, especialmente en lo que se
refiere a los cambios decididos para aumentar la altura de la cortina del
embalse de 80 (en algún momento se manejó que podría medir 85) a 105 metros.
Esta diferencia de 25 metros representa, según dicen, más agua para
Guadalajara. Es importante recordar, por cierto, que al principio el propósito
de la obra era dotar a 14 poblaciones de Los Altos de Jalisco y a León,
Guanajuato, nada más; luego entró la Zona Metropolitana de Guadalajara entre
los beneficiarios y en el ínter, el lector seguramente recordará, pasamos por
la Zurda, el Purgatorio y ¡Arcediano! Nuevamente se trata de combinar el
proyecto con El Purgatorio y, reitero, a ver si ahora sí.
Después
de los anuncios de esta semana, los habitantes de los tres pueblos afectados
quedaron muy contentos con la reunión que sostuvieron con el Presidente Andrés
Manuel López Obrador; los gobernadores de Jalisco y Guanajuato también se ven
muy contentos en su video y sólo falta esperar cómo se desarrollan las
reuniones de la Comisión que se integrará con representantes de los pobladores,
del Gobierno federal y de los gobiernos de Jalisco y Guanajuato.
Queda
claro que el proyecto se mantiene (los pobladores pidieron en algún momento que
se demoliera lo construido) pero se tiene que resolver de una mejor manera el
futuro de las tres poblaciones, por un lado; y, por otro, debe haber
transparencia y rendición de cuentas de todos los recursos públicos que en 14
años se han destinado a este proyecto. Quizá, retomarlo sobre bases saneadas dé
como resultado beneficios para todos y bueno, recién se detalla que hay 20
alternativas para dotar de agua a la ciudad.
Columna publicada en El Informador el sábado 17 de agosto de 2019.