lunes, 25 de junio de 2018

Con el que gane


Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

La fecha de las elecciones se acerca y, dependiendo de la posición de cada quien, son muy diversos y cambiantes los estados de ánimo: hay tranquilidad y esperanza; hay miedo, mucho miedo en todos los puntos cardinales del espectro político (por si gana tal o por si no gana cual); preocupación, odio, alegría, incertidumbre… Muchos de estos sentimientos están asociados a un conocimiento claro de la situación por un lado; y, por otro, a una profunda ignorancia.
Sé que quien lea estas letras sabrá exactamente en cuál emoción encaja y cómo se ha sentido a lo largo de estos interminables meses de precampañas y campañas a lo largo y ancho del territorio nacional.
Muy probablemente, la exposición de los candidatos en debates (y me refiero a candidatos a la Presidencia, a las gubernaturas, alcaldías y puestos legislativos) no ha servido sino para confundir, no para tomar decisiones. No creo, reitero, que sean una buena herramienta sobre todo para quienes no saben a quién o quiénes elegir. Los formatos, aunque han mejorado, siguen siendo muy limitados, y a pesar de los cambios favorables los mismos candidatos los han echado a perder porque, uno: no contestan lo que se les pregunta; y, dos: los han usado para atacarse entre sí y denostar a los contrincantes, hablando en términos generales. Para cuando finalmente pueden o intentan expresar alguna propuesta, el tiempo ya se acabó.
Los debates se han convertido en espectáculos, más o menos entretenidos más o menos aburridos, y ahora sí que son parte del show y sí, se prestan más para el chacoteo que para el análisis, para eso, de verdad, ahí están en internet las plataformas y propuestas de los candidatos en sus respectivos partidos y en el INE.
Ahora, contrario a lo que podríamos pensar, el acceso a internet no es tan limitado. Los últimos estudios revelan que en México, de una población de 130 millones de habitantes ¡85 millones son usuarios de internet! Así que, hay maneras.
En fin, a lo que voy con esto de los sentimientos, las posturas y los efectos de los debates, es que, independientemente de quien gane (y de verdad espero que no tengamos que enfrentar fraudes ni compra masiva de votos) nuestras vidas seguirán adelante en este país que está en pie gracias a eso, a que somos un pueblo trabajador y noble; sin embargo, estoy convencida de que, en esta ocasión, gane quien gane la Presidencia de la República, las gubernaturas, las alcaldías y las curules los poderes legislativos federal y estatales, nuestra participación deberá ser mayor. Es la única manera de hacer que cambie la forma de hacer política en México.
Los candidatos independientes están iniciando un movimiento que llevará años consolidar para renovar el sistema político mexicano y se requiere de nuestro involucramiento en la medida de nuestras posibilidades para que sus ideas e iniciativas se afiancen, hay que cuidarlos y protegerlos con todo lo que esto implica; y muy probablemente los partidos políticos como los conocemos no desaparecerán a menos que fueran barridos por un meteorito; lo que puede pasar es que a fuerza de ser ejemplares y demostrar que sí se puede hacer política de otra manera de la mano con la sociedad a la que se representará auténticamente, a los institutos políticos tradicionales quizá no les quede más que resignarse a hacer las cosas bien.
En todo caso, en cualquier caso, sí depende de nosotros, de cada quien; de nuestro amor por México y por nuestros hijos, de nuestra determinación por ofrecerles un país mejor y trabajar por ello. Es posible. Se trata de vigilar, participar, hablar, marchar si es necesario, no quitar el dedo del renglón para que el estado de cosas en México cambie de fondo y con perspectiva de largo plazo. Nos toca, ya es hora.
Me parece ejemplar la actitud de un organismo empresarial, opositor acérrimo de uno de los candidatos, la Coparmex (Confederación Patronal de la República Mexicana): primero combate con todas las armas posibles; luego manda hacer una encuesta con una muestra 10 o 13 veces mayor que las muestras de las encuestas que han circulado durante todo el proceso y tercero: presenta una propuesta para plantearla al próximo Presidente de México, para la conformación de una fiscalía general independiente.
Aun cuando no estemos conformes con los resultados electorales, hay que sumar y aportar a los que ganen, porque, en principio, cualquier acción que emprendamos en ese sentido, no podrá sino reportarnos beneficios.

Columna publicada en El Informador el sábado 16 de junio de 2018.

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