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sábado, 8 de septiembre de 2018

Reforma educativa... otra vez


Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

Desde 2012, cuando se aprobó la dizque reforma educativa de la administración peñista, hasta el día de hoy, le he dedicado al asunto una veintena de columnas en este espacio. El tema es urgente y estoy convencida de la necesidad de darle seguimiento desde la trinchera que sea: como estudiantes, como padres de familia, como empresarios, como autoridades, como académicos…
La reforma educativa de la que se anuncia su próxima cancelación se aprobó con una rapidez inusitada: el 20 de diciembre de 2012 en la Cámara de Diputados, es decir, a 19 días de que Peña Nieto rindiera protesta como Presidente de la República; y al día siguiente, en el Senado. Dejaron pasar las vacaciones y poco más, y en febrero de 2013 el Ejecutivo federal ya estaba promulgando la reforma constitucional; para septiembre se anunciaban los cambios en las leyes derivadas.
¿Es posible emprender una reforma constitucional en 19 días sin que nadie se moleste ni se incomode?  En su momento y hasta el día de hoy, de esta reforma de Peña se dijo que era más una reforma laboral que educativa porque los cambios implicaban sobre todo una nueva relación con los maestros, pero efectivamente con toda la intención de dejarlos fuera, de ahí las marchas, plantones y todo lo que conocemos.
Cero gestión, cero socialización y sí una manipulación descarada a través de las grandes televisoras que llevaron a buena parte de la sociedad mexicana a aborrecer a los docentes, señalados por resistirse a la evaluación y por ser perezosos, cuando la OCDE, por ejemplo, tiene estudios en donde queda claro que los profesores mexicanos están ávidos de preparación y evaluaciones; aunque no, si a los procesos se les mete mano para que el sindicato y el gobierno pudieran deshacerse de docentes críticos y dejar entrar a profesores que se quedan callados y están cómodos en un sistema podrido, corrupto y corrompido por el mismo Estado desde hace décadas.
Además de estos cuestionamientos que no se hicieron esperar y que se estuvieron repitiendo a lo largo del sexenio, de la dizque reforma educativa también cuestionamos muchos que no incluyera cambios de fondo en los programas de estudio y en la currícula. De último momento empezaron a trabajar en un modelo educativo que hicieron en modo fast track como la reforma de diciembre de 2012 y aplicaron a rajatabla, igual, dejando fuera a los verdaderos interesados; también pasó con la integración del Instituto de Nacional de Evaluación y con todo lo demás, específicamente con la implementación de la primera etapa del nuevo modelo educativo a partir del lunes pasado.
Esta reforma tuvo críticos durante todo el sexenio, de adentro y de afuera del sindicato, de adentro y de afuera del magisterio; la cuestionaron políticos y hasta organismos internacionales manifestaron posturas y los opinólogos profesionales no se quedaron atrás. Algunas de las críticas fueron tipo “opositodo” y hubo otras constructivas con el ánimo de que una reforma constitucional como la que se planteaba fuera completa y de una vez resolviera rezagos añejos.
Andrés Manuel López Obrador, como candidato presidencial, prometió que la “mal llamada” reforma educativa sería cancelada. La promesa, pronunciada en un ambiente de campañas muy sucias, además, fue pasto para los candidatos opositores y, una vez más, se intentó manipular con frases y spots que decían, más menos: “no quiere que tus hijos aprendan inglés”, “no quiere que los profesores sean evaluados” y así por el estilo.
Ahora, en su calidad de Presidente electo, la promesa se reitera como una acción de gobierno y también se interpreta con juicios similares a los de la campaña. Escuché en radio la siguiente pregunta: “¿Si AMLO le da marcha atrás a la reforma educativa, entonces se seguirán vendiendo plazas?”; otra: “¿Tendrá que hacer otra reforma educativa?”; “¿Los maestros ya no serán evaluados?”…
Hasta donde entiendo y más vale que así sea, se trata de mejorar el marco legal no de empeorarlo; la idea es empezar a atender, de fondo y con una mejor gestión, los rezagos educativos que enfrentamos desde hace décadas; y si se requiere otra reforma constitucional en la materia ¿cuál es el problema? Se han hecho tantas y no decimos nada… y ahora resulta que es algo así como extraordinario o imposible. El propósito tampoco es dejar de evaluar si ese ejercicio tiene como objetivo mejorar la calidad de la enseñanza; si en cambio, si el móvil es deshacerse de profesores.
¿Otra reforma educativa? Sí, adelante, hasta dar con el esquema ideal para México, tomando en cuenta los rezagos, las diferencias regionales, las necesidades, las realidades, las urgencias… Y si no es así, toca demandar, justo como nos faculta a todos la constitución.

Columna publicada en El Informador el sábado 25 de agosto de 2018.

sábado, 19 de noviembre de 2016

Hay esperanza

Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

Es mucho más que una anécdota y, por supuesto, da pie para una reflexión que trasciende el simple hecho de un error y una corrección. Antes de empezar con la redacción de la columna cambié la foto de mi página en Facebook: quité un mapa histórico de las elecciones en Estados Unidos y en su lugar subí la foto de la niña Andrea. De inmediato, una persona comentó que no era para tanto lo que había sucedido en la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil en la Ciudad de México, que porque es la “forma de hablar de muchos mexicanos”.
Esa publicación fortaleció la idea de escribir sobre el error del secretario de Educación y la corrección que tan valiente y oportunamente hiciera la niña Andrea. De entrada, que una pequeña de ocho años se atreviera a corregir al funcionario ya es alentador, hay esperanza. Y no sólo por su valentía y atención, sino porque en entrevistas posteriores dijo que lo volvería a hacer si se diera el caso; que no le gusta la frase “lo bueno casi no se cuenta” porque, dijo Andrea, con sus ocho añitos, “lo bueno no se debe contar, se debería ver” y porque le preocupa que el Presidente “no sepa tanto”.
¿Tenemos acaso una idea de cuántos niños hay cómo Andrea? ¿A cuántos les preocupa que sus autoridades “no sepan tanto” y “hablen mal”? Estoy segura de que muchos más de los que nos imaginamos y es ahí en donde radica mi esperanza.
Y no dudo que salgan ahora con que se trata de una niña prodigio o que sus papás son de izquierda o cualquier justificación para minimizar el hecho de que Andrea es una niña despierta, atenta, honesta, transparente, preocupada por México, valiente, determinada, con claridad de ideas y ¡¡convicciones!! ¿Será acaso la única en este país?

Fuente: El Debate.
Claro que no, lo que pasa es que los niños por lo general son desdeñados desde siempre a pesar de lustros y lustros de campañas y programas para la protección y defensa de la infancia y sus derechos; de “elecciones” para escucharlos, para conocer sus opiniones; de iniciativas costosas e inocuas. Para los políticos todo es escenario, parapeto y ocasión para sacar provecho y obtener ventajas. Para lucirse si se puede, siempre que no haya niños como Andrea. No es la primera vez que algo así sucede. Este año ha pasado en varios momentos. Los niños tienen mucho que decir pero no son escuchados y mucho menos atendidos.
A reserva de volver a este punto, toca ahora abordar lo que dejó en evidencia el secretario de Educación. El mismo que se ha negado a dialogar con los maestros porque afirma que la evaluación no es negociable. Claro que la evaluación es importante, muy importante, pero, no es lo único que se requiere para mejorar la educación en México, mucho menos si se usa ese sistema para manipular los resultados y deshacerse de maestros incómodos, asunto que los docentes disidentes han denunciado una y otra vez. Ahora ¿cómo puede alguien que dice ler (como ira en lugar de mira o edá en lugar de verdad) exigir calidad en la enseñanza? Está claro que el buen juez por su casa empieza, así que ¿cómo es que está en donde está en primer lugar? No me parece relevante en lo absoluto el argumento de la persona ya citada en el sentido que muchos mexicanos hablan así. Bueno, muchos mexicanos no son secretarios de Educación; muchos mexicanos no exigen una evaluación marrullera para acabar con la disidencia magisterial que nació como resultado de la corrupción en la cúpula sindical gracias a sus alianzas con los gobiernos en turno; muchos mexicanos no tienen ni el foro ni el poder que tiene Aurelio Nuño; y muchos mexicanos no están bien educados precisamente porque funcionarios como Nuño no hacen bien su trabajo y vamos de mal en peor.
De manera que es relevante, es pertinente, es cuestionable y ojalá esta realidad que nos aplasta y se suma a otras, sirviera para corregir de fondo y en serio, nada de disculpas insulsas e inútiles. Aurelio Nuño debe renunciar y quien tiene la responsabilidad de conminarlo a tal decisión es ese Presidente que no sabe tanto y que prefiere que las cosas cuenten a que se noten.
Admiro a la niña Andrea y sí creo que forma parte de una generación notable que algún día tomará las riendas de este país, por eso pienso que hay esperanza aun cuando a muchos no nos toque ver lo que estos niños harán a favor de México y los mexicanos.


Columna publicada en El Informador el sábado 19 de noviembre de 2016.

sábado, 6 de agosto de 2016

Inteligencia y humildad

Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

Después de tres años de manifestaciones, muertos y heridos, paros, bloqueos, vandalismo, infiltrados, manipulación, días sin clases y, apenas hace unas semanas, mesas de negociación, las cúpulas empresariales se movilizan también, pero para ampararse y amenazar con presentar declaraciones de impuestos sí, pero en ceros, por las pérdidas que para ellos representa la inconformidad de la CNTE, sobre todo en estados del sur-sureste de México, por la mal llamada reforma educativa.
Cómo me gustaría que expresiones de esta naturaleza, tan contundentes, fuertes y escandalosas, se repitieran para otros asuntos y siempre que fueran necesarias cuando las acciones u omisiones de la esfera gubernamental estén equivocadas y causen más daños que beneficios.
Este año llevamos por lo menos dos, amén de las reuniones privadas que seguramente se han celebrado entre representantes empresariales y gubernamentales. La primera, seguramente la recuerdan, se dio cuando en el paquete de cambios legislativos por la famosa Ley 3de3, empresarios muy trajeados se manifestaron en el Ángel de la Independencia de la Ciudad de México porque a los legisladores se les ocurrió incluir, como actores responsables, justamente a empresarios que hicieran negocios con el gobierno, es decir, cuando hubiera recursos públicos involucrados. Bueno, pues lograron que se diera marcha atrás.
En ese momento celebré la medida y añoré el activismo de la IP de hace unos 20 o 30 años. Ahora recurren a instrumentos legales y exponen sin ambages que el Gobierno mexicano no ha sido capaz de enfrentar el problema con los profesores disidentes.
En este caso, y menos aún después de Nochixtlán, creo que la estrategia empresarial complica la situación lejos de ayudar a resolverla. Imprime presión y abiertamente se señala la necesidad del uso de la fuerza. A ver ¿es por ahí? Si las preocupaciones son reales, para empezar creo que podrían haber emprendido una acción similar para exigir una reforma educativa integral, es decir, que contemplara mejorar los contenidos y los recursos pedagógicos; contenidos y enseñanza, pues, no nada más la situación de los docentes que sin duda alguna debe ajustarse.
Las fallas del gobierno a la hora de abordar este asunto complejo, añejo, doloroso y peligroso, son claras y evidentes, hay en esto plena coincidencia, pero la propuesta y las insinuaciones de la IP conducirían a una escalada de violencia que contrasta o choca con las pretensiones de nación moderna y civilizada inmersa en-un-mundo-democrático-globalizado-que-aspira-a-la-protección-de-los-derechos-humanos-como-sea. También podría ser el permiso ideal para continuar con las acciones represivas (si los empresarios lo piden…).
Sería ideal que a partir de esta realidad que amenaza con rebasarnos (no se puede dejar de lado que el gasolinazo, el incremento en la energía eléctrica, la pobreza galopante, la inflación, el golpazo al poder adquisitivo, el desempleo y el empleo precario, la inseguridad… están generando más angustia, inconformidad y molestias ciudadanas) de una vez por todas el Gobierno mexicano asumiera su responsabilidad como artífice e iniciador del conflicto y lo resolviera con inteligencia y humildad. Es muy difícil. Lo fácil es recurrir a la violencia y a la represión, pero no queda otra. Inteligencia y humildad son la clave y en esa medida se encontrarán respuestas de la otra parte.
Energía sí, contundencia también, pero en una mesa de diálogo. Hay maneras y en el gobierno lo saben, pero persiste la postura (en ambas partes) de no ceder ni dar su brazo a torcer. Es el peor de los escenarios, la receta perfecta para caminar en círculos. En alguien debe caber la cordura.
Después de los muertos en Nochixtlán y de las mesas de diálogo que hasta entonces atinaron a instalar en Gobernación, los encuentros se han dado con altibajos y la situación ahora amenaza una vez más con desbordarse. El regreso a clases está a la vuelta de la esquina y los profesores disidentes ya dijeron que no permitirán el inicio del ciclo escolar si no se atienden sus demandas.

Se requieren altas dosis de inteligencia y humildad en las dos partes en conflicto en este caso y también en las de los sectores de la sociedad que han intervenido con sus propias demandas y señalamientos.

Columna publicada en El Informador el sábado 6 de agosto de 2016.

miércoles, 13 de julio de 2016

Promesas imposibles

Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

¿Se acuerdan? Yo estoy segura de que sí. ¿Cómo olvidar las promesas de que con la reforma energética bajarían las tarifas de la energía eléctrica y el gas? ¿Cómo olvidar el anuncio aquel de que la gasolina ya no subiría cada mes y que a partir de 2016 de plano ya no aumentaría? ¿O la frase enfática y contundente de que en 2016 seguirían quitando obstáculos para dizque “mover a México”?
Esto sí es música para los oídos, particularmente en un país en donde la mayor parte de la población ve mermados sus ingresos netos y además, su poder adquisitivo; el daño a la economía familiar va en ambas vías. Muchos recibimos estas “buenas nuevas” con desconfianza pero ¿era posible hacer algo para garantizar que esas promesas se cumplirían? ¿Es posible hacer algo ahora? ¿Cuántos otros antes han hecho promesas similares?
El caso es que volvemos a caer exactamente en donde mismo, si no es que varios metros atrás, porque el retroceso económico —y me refiero clara y directamente al de las familias mexicanas— es notorio y angustiante.
Mientras esto sucede, mientras estas promesas no se cumplen y además siguen los problemas con el magisterio en Oaxaca, Guerrero y Chiapas, desde la Presidencia se mueven las piezas en un sentido que no puede ser calificado más que de burla y cinismo ¿o cómo entender que quien anunció —con la venia desde Los Pinos claro— los incrementos en materia energética y que además participó en la reforma educativa que no es reforma educativa como se ha dicho hasta el cansancio, sino laboral, es premiado con el nombramiento, digo, prácticamente, de dirigente nacional del PRI?
Prácticamente porque todavía falta que se monte el teatro que a todos los contribuyentes nos cuesta, de la dizque elección de la dirigencia después de la renuncia de Manlio (no podía ser de otra manera) con la sobada, trillada y nada creíble fórmula del “candidato de unidad”.
Estoy hablando de un individuo que aparece en el primer plano de la escena nacional, sólo después de haber comparecido ante los senadores para explicar (ajá) el porqué del incremento en las tarifas (ese incremento que no iba a suceder; ese obstáculo que se iba a retirar para o afectar la economía de por sí precaria de los mexicanos, de la mayoría claro): Enrique Ochoa Reza.
Ya renunció a la Dirección general de la Comisión Federal de Electricidad, un puesto, como todos los de su tipo, con un altísimo salario y no se digan las prestaciones de privilegio extraordinarias, esas que claramente dividen a los habitantes de este país, por decir lo menos, en mexicanos de primera y de segunda.
En su momento Enrique Ochoa fue el artífice de que la reforma energética se aplicara y bajaran las tarifas. ¿Hubo reducción? Podría decir que sí aunque, y amerita revisión a fondo, también se dieron casos y muchos hasta donde he podido observar, de supresión de tarifas subsidiadas, así que, unas por otras, como para compensar ¿no?
Y de pronto, con el conque (como decía mi abuelita) de que los precios de los combustibles para la generación de energía subieron, pues no quedaba otra que aumentar las tarifas, pese a la reforma energética ¿qué quiere decir esto? Que se trataba de promesas imposibles de cumplir porque, efectivamente, se depende de las fluctuaciones de estos productos a nivel internacional. ¿Se nos hizo esa advertencia? Sí, la verdad es que sí, pero no desde el gobierno, sino desde los grupos de académicos y expertos que una y otra vez llamaron la atención sobre este punto pero no fueron escuchados.

Este mismo Enrique Ochoa, me voy enterando, participó en los más altos niveles del diseño de la reforma educativa que ahora genera tantos problemas. Podríamos considerar también como promesas imposibles de cumplir, las que se hicieron a los maestros cuando la reforma se fraguaba. Y no es que Ochoa sea totalmente responsable, pero de que participó, participó. Y ahora se enfila, contra muchos priistas, como su próximo líder y promete: “Tenemos que cambiar y escuchar a la ciudadanía […] Tenemos que ser un partido (el PRI) más transparente que encabece cambios y que atienda las solicitudes de los ciudadanos que quieren tener un mejor país”. ¿Promesas imposibles?

Columna publicada en El Informador el sábado 9 de julio de 2016.

Qué mal

Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)


Para vergüenzas no gana uno. Y se acaban los calificativos, la indignación es mayúscula. Mientras se fragua otra represión contra manifestantes en Oaxaca y se aumentan las tarifas de las gasolinas pese a la reiterada promesa de que eso ya no sucedería gracias a las reformas estructurales, el Presidente de México queda en ridículo en el mundo, con este afán obsesivo contra el populismo, y confunde la magnesia con la gimnasia.
Seguramente el lector recordará, durante la lectura del mensaje del tercer informe de Peña Nieto y después, en octubre del año pasado, su intervención ante la ONU, cómo el máximo representante de los mexicanos prácticamente repitió el mismo discurso contra el populismo. En los dos momentos que cito quedaba claro que el foco de las críticas y “preocupaciones” del mandatario se centraba en Andrés Manuel López Obrador y ahora, en esta reunión con Barack Obama y Justin Trudeau, Peña recicla sus dichos añejos para aplicarlos a Donald Trump y, entiendo, no desentonar con respecto a las intervenciones de sus homólogos. Mal.
Los memes y videos ocurrentes cundieron en redes sociales, creo que hasta trending topic fueron, pero la verdad a mí me da vergüenza y mucha, no me da risa, de hecho hasta ganas de llorar tengo, no es justo; los mexicanos no merecemos esto.
La manipulación informativa sobre la situación magisterial es tal que ya ha adquirido un cariz de desesperación;  lamentablemente la mayor parte de los mexicanos no tiene acceso a otras versiones, a otras posturas, a información verificada y fidedigna sobre lo ocurrido en Nochixtlán por ejemplo, o, simplemente, sobre lo que son las verdaderas demandas de los maestros y no lo que desde el poder se interpreta que son las causas y motivaciones de sus manifestaciones, marchas y bloqueos.
Escuché la colaboración del Dr. Jaime Tamayo, sociólogo y politólogo de la Universidad de Guadalajara con prestigio a toda prueba y reconocimiento dentro y fuera del país, en C7, en un programa titulado “La Báscula… viernes de la otra versión” sólo para quedar pasmada con la postura cerrada y obtusa del conductor. Eso es desalentador en todos los sentidos, no así la visión del Dr. Tamayo quien mantuvo la calma en todo momento y ofreció sin dudar, datos precisos que dejan en claro que lo sucedido en Nochixtlán fue una agresión urdida desde el Estado mexicano. Pero los asesinatos no importan, eso no tiene valor frente al bloqueo que no es otra cosa que una reacción ante la inacción del gobierno para resolver la situación y las agresiones para aplastar las manifestaciones.
Y con todo, se anuncia, mientras el Presidente se pasea y despierta indignación y vergüenza; mientras es objeto de burla mundial, que el “Gobierno federal está en el límite en cuanto a tomar acciones” por los bloqueos en Oaxaca y Chiapas. Y que no digan que son maestros que se empeñan en no ser evaluados o que pretenden mantener las cosas como están e impedir que los pobrecitos niños tengan clases (¿de qué les sirven, por cierto, con las deficiencias en los programas que no fueron tocados con la “reforma educativa”?)… Varias veces lo he escrito en este mismo espacio: estudios de la OCDE revelan que los docentes en México quieren tener acceso a una mejor capacitación y no se  niegan a la evaluación. ¿Por qué rechazan esta? Porque está manipulada para deshacerse de los profesores que se rebelan contra el sistema.
Esto se ha dicho y escrito y documentado, pero de nada sirve. La distancia entre el gobierno y los problemas más graves y urgentes de los mexicanos es cada día más grande y se antoja ya insalvable.

Qué mal. Y de mal en peor con el anuncio inmediato, después de los resultados del brexit, de un recorte en programas sociales para el año que entra; y qué mal que para pronto casi digan que lo sucedido en Gran Bretaña es la causa de todas nuestras desgracias, porque aquí se hace todo perfecto y si algo no funciona es porque los otros, los de afuera tienen la culpa. ¡Ah! y adentro, la culpa es de los maestros claro, y no sólo de ellos, de todos los mexicanos, especialmente de los que se quejan tanto y exponen lo que está mal, la corrupción y la negligencia criminal de la clase gobernante; si, todos somos culpables, menos los que toman las decisiones gubernamentales. Ellos son perfectos y todas las decisiones que toman son perfectas. Los errores de Peña en el extranjero no son tales, más bien los otros se equivocaron o lo hicieron adrede para dejarlo en ridículo. Qué mal…y de mal en peor.

Columna publicada en El Informador el sábado 2 de julio de 2016.

sábado, 28 de noviembre de 2015

Diez años más

Ciudad adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

Como si no urgiera, como si no lleváramos décadas y décadas de rezago, el titular de la secretaría de Educación, Alfonso Nuño, declara que por lo menos en 10 años se consolidará la reforma educativa. Perdón por la expresión pero ¡híjole! ¿Dos lustros más todavía? Y ¿garantiza acaso, que así será? Porque si lo asegura, bueno, diez años en comparación con más de 60 no es nada y podríamos albergar esperanzas para las nuevas generaciones de mexicanos. Pero si no, seguimos en problemas.
En las últimas semanas, el secretario de Educación sale un día sí y otro también en medios de comunicación y la razón es que está aplicándose la evaluación a los docentes en todo el país. Su discurso, por lo general y específicamente cuando se refiere a los profesores de la región conflictiva, a saber: Oaxaca, Guerrero y Chiapas es muy enérgico, aparenta una contundencia que no deja lugar a dudas así como una postura inflexible ante los disidentes, los renuentes y los que han gozado de privilegios por formar parte de un sistema que el mismo funcionario define como “clientelar, corporativo y opaco”.
Me preocupa mucho esta información que se ha venido difundiendo de manera recurrente porque siento que se está tejiendo finamente una telaraña, justamente para atraparnos; una delicada red en la que caeremos redonditos si no estamos atentos a la manipulación que lleva años de práctica y ejercicio en esta materia.
Que no se nos olvide que la disidencia magisterial surgió no al calor de un sistema que los favorecía, al contrario; se formó a partir de la exclusión y la desigualdad hacia el interior del magisterio y con relación directa a los privilegios de unos cuantos, claro, que se aliaron con la jerarquía del SNTE. Sin embargo, los vicios a los que se refiere Nuño se los atribuye a la CNTE. Y no dudo que los haya después de tanto tiempo, pero ahí no está la raíz de este conflicto tan añejo y degenerado.
Lo he mencionado en otros comentarios: hace tiempo la OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos) de la que forma parte México (de hecho, un mexicano es el secretario general, Ángel Gurría), realizó una encuesta para saber qué tan dispuestos a la capacitación y actualización estaban los maestros de los países miembros, contrario a lo que pudiera pensarse y tomando en cuenta incluso las desviaciones propias de este tipo de encuestas, los maestros mexicanos salieron muy bien calificados. Los resultados son creíbles porque además quedó en evidencia el mal uso que desde el sindicato magisterial se daba a los mecanismos de capacitación.
Entonces la renuencia a la evaluación de algunos maestros se explica no nada más porque pretendan quedar al margen y adherirse a los privilegios que antes les otorgaba el sindicato, sino a que se reconocen con una formación deficiente resultado del mismo sistema corrupto que fue construido piedra por piedra por el Estado mexicano desde hace mucho tiempo. Uno de los pilares básicos de esa construcción es el SNTE, y una ramificación perversa, el CNTE     y otras asociaciones disidentes entre cuyos propósitos estaba combatir a la cúpula sindical bajo el mando de líderes corruptos que no hicieron más que enriquecerse y venderse al mejor postor, electoralmente hablando, nada que ver con propósitos, metas u objetivos educativos.
Entonces que no venga ahora el secretario Nuño a tratar de erigirse casi en apóstol de la educación en México, cuando forma parte de un sistema que creó estos vicios y perversidades.
Diez años son muchos para que se consolide la reforma educativa que, como sabemos, es más una reforma laboral; y son pocos si la intención es arrancar de raíz los vicios, hacer una purga profunda e iniciar sobre bases de honestidad, responsabilidad y cero corrupción, cero. Nada de usar a magisterio como carne de urna. Nada de permitir la intervención de organismos internacionales que condicionan con fines capitalistas y prácticamente ordenan modelos educativos que no promueven el conocimiento como herramienta para el desarrollo de conciencia social y defensa de derechos, sino para la formación casi de robots con este asunto de las capacidades y la eliminación de contenidos como filosofía, ética y lógica.

Estos son los vicios que también se tendrían que erradicar y no creo que diez años sean suficientes.

Columna publicada en El Informador el sábado 28 de noviembre de 2015.

Crónica sincrónica

México: un tiempo nuevo     Laura Castro Golarte     El aguacero estaba a punto. Amenazó todo el día y los charcos en las esqu...