Ciudad Adentro
Aprovechando que
estamos en un tiempo inter campañas, neutral se supone, que nos puede permitir
cierta tranquilidad y calma para dedicarnos a nuestras actividades cotidianas
sin mayores interferencias ruidosas, quiero recomendarles que vean y escuchen
con atención (tomen nota si es preciso) el documental Requiem for the American Dream (“Réquiem por el sueño americano”).
Es un documental
que está libre en YouTube (como siempre, aquí comparto la liga: documental) y además se
puede acceder a él a través de Netflix (plataforma streaming). Tampoco es reciente, quizá tenga un año ya en la web y en redes pero es de una actualidad
indiscutible y, si me apuran, urgente.
Noam Chomsky,
lingüista filósofo y activista estadounidense, severo crítico del capitalismo y
sus perversiones, explica con lujo de detalles y sin conceptos rebuscados, los
diez principios de la concentración del poder y de la riqueza en Estados
Unidos. Claro que en cuanto esté atento al documental, encontrará sin
dificultad todas las asociaciones y coincidencias que se pueda imaginar con
respecto a la realidad que vivimos en México y, sin duda alguna, en otros
países, pero México es lo que me importa y es siempre en el que pienso primero.
Noam Chomsky. Foto: Ecoosfera. |
Los diez
principios son los siguientes, digo, la simple enumeración les sonará cercana,
conocida: (1) reducir la democracia, (2) moldear la ideología, (3) rediseñar la
economía, (4) desplazar la carga, (5) atacar la solidaridad, (6) dirigir las
instituciones reguladoras, (7) manipular las elecciones, (8) mantener a la
plebe bajo control, (9) fabricar el consentimiento y (10) marginar a la población.
Si se tratara de una check list bastaría con poner palomita a todas.
Comentaré hoy
sólo uno de los principios, el cuarto: desplazar la carga, porque resulta que
está estrechamente vinculado con varios temas recientes que he manejado en este
mismo espacio como la desigualdad y el nivel tan bajo y criminal de los
salarios en México ¿de qué se trata? ¿A qué se refiere con eso de desplazar la
carga? Bueno, pues a algún genio vinculado con el poder y la riqueza extrema se
le ocurrió que los más ricos, que los capitalistas mayores, ya no pagaran
tantos impuestos y que era mejor “desplazar la carga” hacia la población en
general. En el documental, con datos de la Tax Foundation, del Departamento del
Tesoro de Estados Unidos y del área de investigación y servicio de análisis de
impuestos del Congreso estadounidense, se muestra cómo los más ricos han dejado
de pagar tantos impuestos y cómo, los menos ricos, básicamente la clase
trabajadora cautiva, paga más impuestos. Los gravámenes que se han incrementado
son al consumo y al salario, es decir, a la
mayor parte de la población. Para los poderosos esto tiene un nombre que
ellos mismos, dice Noam Chomsky, han puesto de moda: Precariat o Precarious
Proletariat, en otras palabras, la precariedad del proletariado.
Por supuesto que
esto profundiza la desigualdad en el reparto de la riqueza, un discurso que,
por cierto, ha estado ausente de la demagogia trillada de la clase política en
México. Hace mucho que no escucho que algún gobernante prometa, se comprometa o
por lo menos lo diga para simular, que sabemos que les encanta, que combatirá
la desigualdad y tomará medidas para un-reparto-más-justo-de-la-riqueza.
En este concepto
de la precariedad del proletariado ubico, entre otras realidades, el papel cada
vez más marginal e inútil de los sindicatos; la consecuente nula defensa de los
derechos de los trabajadores; el ascenso de las empresas de outsourcing (subcontratistas); los
contratos de seis meses; adiós a la antigüedad en los empleos y adiós, en
general, a otras prestaciones que eran por ley que garantizaban ciertas
condiciones y cierto nivel de vida que no era tan precario como ahora.
Y la crisis
económica es tal y está la situación tan grave y complicada para la clase
trabajadora, que estamos llegando a un punto en que nos conformamos con este
panorama porque de otra manera perderíamos nuestro trabajo. Para algunos
filósofos contemporáneos se trata de aceptar o hasta propiciar una especie de auto
explotación porque de otra manera, no tendríamos posibilidades de desempeñar
una actividad, la que sea, que nos permita obtener los ingresos necesarios para
vivir al día en el mejor de los escenarios, para sobrevivir, en el peor.
Reitero la
invitación para que vea este documental y, por favor, corra la voz.
Columna publicada en el El Informador el sábado 17 de febrero de 2018.