Ciudad adentro
La verdad es que “el colmo” me parece poco, pero no
encuentro una palabra para resumir parte de la información que se generó esta
semana y que tiene que ver con cuestiones económicas. Había pensado en algo así
como “locura” y “cinismo” o “desfachatez”, pero bueno, ya no me entretendré en
eso y mejor usted busque, encuentre y aplique los adjetivos que me mejor le
parezcan; estoy segura que así será.
Entro en materia. Primero, una vez más, como fue durante
todo el año pasado, se redujo la perspectiva de crecimiento de la economía
mexicana. Bajó de 3.9 a 2.7 por ciento, nada menos y nada más que 1.2 puntos
porcentuales. Si usted recuerda, el año pasado este mismo fenómeno se repitió
mínimo cuatro veces y en gran medida la causa fue que el Gobierno federal no
ejerció el presupuesto, lo que se conoce como subejercicio; hoy, según el CEESP
hay un sobre ejercicio pero, dice: “su destino no ha sido el más efectivo para
incidir en el crecimiento de la economía”.
En 2013 claro que oficialmente toda la culpa la tenía la
economía de Estados Unidos y la globalización. Y estuvimos en recesión porque
el PIB hiló dos trimestres consecutivos con crecimiento negativo.
Entonces como ahora no lo quieren reconocer. No sé si
realmente creen que con eso ganan confianza o evitan que los inversionistas se
desanimen, los nacionales y los extranjeros porque, si se trata de la población
(los que menos importamos para ellos, por supuesto), vivimos en carne propia la
crisis económica. La falta de trabajo es preocupante; y se trata del empleo
formal pero también de otras actividades económicas como la construcción, que
de manera indirecta contratan a personas que trabajan a destajo, por ejemplo
albañiles, fontaneros, carpinteros, electricistas… Por cierto, otra información
generada también esta semana revela que sólo en cuatro ciudades del país (¡sólo
cuatro!) creció la oferta laboral, y no se cuenta entre ellas Guadalajara. Se
trata de Acapulco, Toluca, Cuernavaca y San Luis Potosí.
Y si es con relación a los inversionistas ¿creerán acaso
nuestros gobernantes y demás funcionarios que tomarán decisiones con base en lo
que diga un secretario? Más valdría que hablaran con la verdad para tomar
decisiones sobre hechos y no parados en nubes color de rosa.
Agrego aquí una breve relación que espero ilustre la
situación:
1.- 27 de mayo: Unos días antes, un estudio del CEESP concluyó
que aumentar los salarios por decreto obstaculizaría el crecimiento económico
de México (nada más falta que digan que por eso), que habría despidos y mayores
afectaciones al poder adquisitivo; pero este día, el presidente de la Coparmex
Jalisco “presumió” que la mano de obra barata es una oportunidad para atraer
inversiones, que ya somos tan competitivos como los chinos, por eso, porque a
los obreros y trabajadores se les paga poco (¿se habrá escuchado el señor? ¿Se
dio cuenta de lo que dijo?).
2.- 28 de mayo: Luis Videgaray, secretario de Hacienda,
ya con el dato de la reducción de la proyección del PIB para este año, dijo:
“el problema de la economía mexicana es que crece menos de lo que debería”
(¡No! ¿En serio? Dios santo, es el secretario de Hacienda).
3.- 28 de mayo: Eduardo
Sojo, el panista que se quedó en el INEGI, afirmó: “la economía mexicana ha
registrado un crecimiento muy bajo y lento en los últimos trimestres, lo que
indica que se encuentra estancada” (como dicen los chavos: ¡No, bueno! ¿En
manos de quién estamos?).
4.- 28 de mayo: Más tarde, en otra actividad, Videgaray
reitera que no hay crisis ni recesión cuando las notas como las que enlistaré a
continuación son cosa de todos los días: lecheros atraviesan situación
dramática; cae el reparto de utilidades en Jalisco; habrá recuperación hasta el
segundo semestre; México va a importar petróleo; crece el abandono de hogares
por la situación económica… ¿le sigo?
Otros países han salido de crisis más severas con una
política incentivadora del mercado interno: más salario, menos impuestos, más
poder adquisitivo, más producción, más impuestos, más empleo… Otro dato que se
me andaba quedando en el tintero es que las ventas de la Asociación de Tiendas
Departamentales y de Autoservicio, como dice el INEGI “no muestra mejoría”, es
decir, el mercado interno está deprimido porque no hay liquidez. Lo peor de
todo es que tanto el gobierno como los empresarios se pintan solos para
mantener esta situación que se antoja ya insostenible.
Por eso “el colmo”
me parece poco, suena incluso light.
¿Con cuál palabra resumimos este desastre?
Publicada en El Informador el sábado 31 de mayo de 2014.