Ciudad adentro
De mal en peor. Casi ni sé por dónde empezar. Si por el despilfarro que se
consumó desde la Presidencia de la República con ese viaje a Inglaterra
(cinismo); por la afirmación de que México suma 80 años de estabilidad social y
política (locura); el nombramiento de Eduardo Medina Mora como ministro de la
Suprema Corte o por lo más reciente: el despido de dos colaboradores de la
periodista Carmen Aristegui (quien claramente está en la mira), justo los que
hicieron las investigaciones del líder del PRI en el Distrito Federal y su red
de prostitución y la famosísima Casa
Blanca (autoritarismo).
Claro que no es todo. En esta semana se ha informado de violencia y
asesinatos, algunos estrechamente vinculados con el próximo proceso electoral
y, en torno a los comicios y sus protagonistas, a nivel local por ejemplo, nos
enteramos del fabuloso aumento salarial que se autorizaron los consejeros del
Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Jalisco.
Las malas noticias, los abusos, la apuesta por la simulación y las
evidencia de locura (cuando se vive alejado de la realidad o se niega), el
cinismo, la violencia y la corrupción, la descomposición en diferentes niveles,
órdenes, órganos y territorios del país, aparte del panorama más negro que el
Caos en materia económica (devaluación del peso, escasez de trabajo, empleos y
subempleos precarios), se suceden y siguen alimentando no sólo indignación y
pesimismo, incertidumbres peligrosas, sino inconformidad y molestias que se
transforman en enojo, decepción, impotencia, hartazgo y hasta enardecimiento en
varios sectores de la sociedad mexicana. ¿Cómo para dónde volteamos?
Me pregunto también si quienes votaron por el PRI, las señoras que lo
hicieron porque el candidato era “el más guapo” y “la Gaviota es la mejor
actriz”, seguirán igual de enajenados y contentos, mientras desesperados se
asoman a una despensa vacía tratando de encontrar lo que sea que se pueda comer
para alimentar a sus hijos enfermos y desnutridos, paraditos ahí, sobre un piso
de tierra, entre la mugre, el hambre y la desesperación; al tiempo que en la
tele ven, como si fuera una telenovela barata, el viaje de cuento de hadas a
Londres, a la pareja conducida en carrozas entre reyes, príncipes, condes,
duques y otros miembros de la nobleza británica, con un séquito de 200 personas
con todos los gastos pagados ¿cuántos millones se gastaron? ¿Cuánto del erario
público se destinó a esta farsa? Nada más de tres vestidos fueron 300 mil
pesos. ¿Cuánto más? Y si el dinero no era del erario, de todas maneras es una
ofensa para un pueblo con casi la mitad de sus habitantes en pobreza, hacer ese
viaje en donde predominaron el dispendio, el despilfarro, la burla y el
cinismo.
Sí, ya sé que dije que esto era cortina de humo, para distraernos del
madruguete que se urdía en el Poder Legislativo para privatizar el agua, pero
la verdad ya no se sabe cuál es la cortina de humo y para qué; porque en el
inter también se manejó con una rapidez pasmosa el nombramiento de Medina Mora
como ministro de la Suprema Corte; apenas hubo tiempo para reaccionar y
quejarse con la esperanza de impedirlo, todo se consumó en, cuando mucho, dos
semanas. Ya estaba todo enjuagado y listo. La politóloga y analista Soledad
Loaeza hizo una lectura puntual de esto hecho sólo para concluir que
retrocedimos unos 10 años (y se me hacen pocos) en materia política y
democrática. Se afianzó la forma autoritaria de ejercer el poder, el
presidencialismo a la antigüita se fortaleció otro poco y se amenazó seriamente
la independencia y la autonomía del Poder Judicial, que tanto trabajo había
costado construir.
Por si no fuera suficiente, todavía el habitante en turno de Los Pinos
afirma que México tiene 80 años de estabilidad política y social, que
Ayotzinapa y la matanza del 68 son, prácticamente, peccata minuta y que todo es casi perfecto, casi el paraíso para recordar a Luis Spota.
Por último, se dirime públicamente lo que podría ser un diferendo entre
Carmen Aristegui y la empresa que hospeda su programa; y dos de sus
colaboradores, los que investigaron los casos escandalosos de la red de
prostitución del PRI en el DF y el escándalo de la Casa Blanca, son despedidos,
en un serio y directo ataque al periodismo y a la libertad de expresión.
De mal en peor, entre el autoritarismo, el cinismo y la locura.
Publicada en El Informador el sábado 14 de marzo de 2015.