Ciudad adentro
Los señalamientos que se han hecho en los últimos días al padre del
gobernador de Jalisco, Leonel Sandoval Figueroa, no son los primeros. Cuando
Aristóteles era candidato al gobierno del Estado y luego en calidad de electo,
desde la oposición se hicieron críticas y preguntas muy puntuales sobre la
actuación de su papá en el Poder Judicial del Estado, sin embargo, aquellas
“observaciones” pronto se hicieron a un lado una vez que Aristóteles rindió
protesta.
De lo que nos hemos enterado esta semana, producto de una filtración y
publicado inicialmente en el periódico Reforma de la capital del país, invita a
pensar y a preguntarnos de dónde salió y por qué hasta ahora.
Claro que difícilmente sabremos a ciencia cierta quién pasó la información
y quién hizo la grabación, pero estamos hablando de altos niveles de operación.
Si al “estilo” de las campañas en Jalisco, a pesar de que ni siquiera
involucra elección de gobernador, sumamos la intervención desde la ciudad de
México para contribuir y enrarecer, estamos hablando de “palabras mayores” en
cuanto a los actores que están metiendo su cuchara desde adentro, algo así como
aquel famoso “fuego amigo” al que aludía el también famoso y ahora medio
perdido Jefe Diego (Fernández de
Cevallos).
Con esta información queda en evidencia una vez más apenas una muestra de
cómo se las gastan nuestros políticos, cómo se llevan entre ellos y los grados
de refinación que han alcanzado. Y con refinamiento o refinación —para evitar
malas interpretaciones— me refiero a esa conducta humana que implica ser peor
en algo. Normalmente se aplica a las personas de edad avanzada que si fueron
tercas en su juventud y vida adulta, por ejemplo, cuando llegan a la vejez
“refinan” tal defecto o vicio conductual.
Las campañas de los partidos políticos en procesos electorales, desde hace
varios lustros (desde que partidos distintos al PRI empezaron a ganar
elecciones) se han convertido en espacios de guerra sucia y denostación entre
los contrincantes y entre los militantes (“fuego amigo”), en ambas prácticas
todos los partidos han refinado.
Y hay otra que, elección tras elección, se usa más con visos de
empeoramiento y es el estilo de la negación, simulación, fantasía o como
prefiera el lector llamar. La semana pasada hice referencia a uno de los
anuncios del PRI que verdaderamente raya en la esquizofrenia, estas
afirmaciones de que la oposición gobierna para destruir y para provocar
malestar y enojo; y que el PRI trabaja y hace los proyectos realidad y de que
en Jalisco todos estamos unidos y somos alegres y positivos. Bueno, es lo que
quisiéramos, pero difícilmente con el entorno de inseguridad, crisis económica
(ayer al medio día el dólar casi llegaba a los 16 pesos) y errores
administrativos se puede generalizar. O que se les pregunte por favor a las
personas que viven en las mesas en Zapopan o a quienes se ganan la vida en las
esquinas de cuanto crucero…
Y luego ahí está el Partido Verde, un instituto político que se ha ganado
el repudio generalizado y sigue como si nada; sanciones, órdenes del INE (que
no está sirviendo para nada y qué mal) para retirar spots y nada. Continúa con
afirmaciones de que han hecho maravillas por México y los mexicanos, inventando
en algunos casos y en otros saludando con sombrero ajeno. Lo peor del Verde es
que deja en evidencia que hay conocimiento de la realidad nacional, de los
problemas que enfrentan por ejemplo los jóvenes, pero es información que sólo
se usa para ganar adeptos, no para actuar en consecuencia.
El PAN no se queda atrás y bueno, me permite recordar otro estilo que
contrasta con los panistas de antes que se las daban de muy finolis, que
desafortunadamente está cundiendo no sólo entre panistas y es el recurso de lo
vulgar y lo corriente, de la promoción del mal gusto. Pero el PAN también se
presenta, a través de sus candidatos, como si no hubiera gobernado ya y mal.
Como si fueran santos y puros, todos surgidos del limbo, perfectos e
inmaculados. Apuestan a la desmemoria y no son los únicos.
Es raro que algún partido se distinga por una campaña diferente basada en
propuestas y enfocada en los electores con la conciencia clara de que estamos
hartos de campañas y de políticos, porque pasa el tiempo y nada más no
mejoramos, vamos de mal en peor en todo. Los políticos actúan como si esa
percepción ciudadana no existiera o fuera falsa, es decir, persisten en
desdeñar a los que se supone tenemos el sartén por el mango y también refinan
en eso.
Publicada en El Informador el sábado 18 de abril de 2015.