Ciudad Adentro
Esta
semana se presentó el modelo educativo
que entrará en vigor en el ciclo escolar 2018-2019. La verdad no sé a qué le
apuesta el Gobierno federal. No es más que un reciclaje del dizque modelo
educativo 2016 y un teatro ni siquiera bien montado para justificar mediocridad
e ineptitud.
A
ver, vamos por partes. Como he escrito y dicho antes, el rezago educativo en
México es uno de los pendientes más añejos y urgentes porque desde hace más de
setenta años los gobiernos autoritarios decidieron adoctrinar en lugar de
educar y gradualmente, como si se hubieran puesto de acuerdo (luego por eso
tienen tanto éxito las teorías conspiracionistas), le fueron restando calidad
reforma tras reforma, sexenio tras sexenio.
Al
mismo tiempo el sindicato de maestros se fortalecía y se convertía en uno de
los sectores más poderosos del PRI, capaz de ejercer presión para obtener beneficios
para la cúpula sindical vía el uso de los docentes como carne de urna. Con el
acceso precario y deficiente a esquemas más democráticos, la alternancia por
ejemplo, se registraron cambios político-sindicales que ahora tienen a una de
las mujeres más corruptas del mundo en la cárcel, a Elba Esther Gordillo; pero
fue por cuestiones políticas, no para hacer justicia, y la prueba más
contundente es que ahora el comité directivo del SNTE es un cero a la
izquierda. En realidad, peor que eso, porque a sus representados los ha dejado
solos mientras goza de la administración de las cuotas sindicales y otros
mecanismos para el enriquecimiento por nada.
Con
una rimbombancia que hasta parecía de verdad, el gobierno de Peña Nieto anunció
las grandes reformas estructurales para su sexenio, entre ellas, la educativa
que, como sabemos, se redujo a una cuestión laboral que afectaba seriamente a
los profesores particularmente a los que son trabajadores y no se prestan para
ser comparsas del sistema, maestros incómodos pues; y luego, fue un operación
ahora sí que trapera, porque si los maestros están mal capacitados es porque
provienen de un sistema deliberadamente deficiente creado por el mismo gobierno
sexenio tras sexenio; y ahí está el gravísimo e irresuelto conflicto de la
educación normal.
En
realidad los profesores, la mayoría, los de verdad, son víctimas del sistema; y
los demás, se han adaptado tan bien que se conforman y son mediocres y
desobligados, ahí tienen a los comisionados, a los que tienen doble y triple
plaza y a los aviadores.
La
corrupción y la descomposición alcanzan niveles inconmensurables y en este
panorama desolador una vez más pretenden vernos la cara (tristemente en muchos
casos lo consiguen) con un modelo educativo que ¿cómo dijo? “Ese es el Sistema
Educativo que veo hacia adelante, y por el que trabajamos todos los días para
hacerlo realidad” si bueno, el mismo que ya habían dicho que privilegiaría los
recursos pedagógicos para que el alumno “aprenda a aprender”; para que “la
escuela sea el centro de la transformación educativa” (¿y antes cuál era el
centro?); para asegurar “equidad e inclusión” en el Sistema Educativo Nacional
(desde hace varios años esto ya estaba definido y se ha llevado a la práctica
con grandes dificultades, tendrían mejor que atender cómo se está
implementando); el que le dará “alta prioridad a la participación de todos los
actores involucrados” (¿todos? ¿quiénes? ¿están todos los que son y son todos
los que están?) y para cerrar con broche de oro, el “nuevo” modelo “fortalece
la formación y el desarrollo profesional docente”.
Hablan
como si se partiera de cero, como si no viniéramos de todo un sexenio de
cuestionamiento puntual y constante a las malas decisiones que se han tomado
desde el gobierno, con un secretario que dice “ler”, un Presidente que a lo
mejor sí sabe, pero no lo hace; recursos docentes desdeñados y abusados y un
sindicato que sólo sirve para el enriquecimiento cupular.
¿Y
el modelo que se presentó en 2016? ¿Alguien sabía de los foros a los que se
dizque convocó desde 2014? ¿Se van a estar cambiando el modelo ciclo tras ciclo
o de qué se trata? Nada nuevo, mucho menos revolucionario y no creo que efectivo.
El
reciclaje es burdo, presentan como nuevo y de “vanguardia” un modelo gastado y
reciclado mientras un día sí y otro también, se siguen descubriendo fosas
clandestinas y restos de seres humanos en Veracruz en una de las realidades más
espeluznantes y dolorosas que la corrupción en México nos prescribe. No puede
ser que se mantenga la imagen de un México casi perfecto y en el mundo se sabe
de estos horrores.
Alguien
que no reconoce esta ni otras realidades terribles, que simula que todo está
bien, no puede emprender cambios, ni reformas, mucho menos revoluciones
educativas en las que podamos creer o confiar. No hay manera.
Columna publicada en El Informador el sábado 18 de marzo de 2017.