sábado, 31 de octubre de 2020

Así no

Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

 

En 1995, cuando en México era incipiente la alternancia en el poder, aquí en Jalisco el PAN, que ya había ganado elecciones municipales, se alzó con el triunfo para el Gobierno del Estado, lo recuerdan seguramente, con Alberto Cárdenas Jiménez. En general y pese a cuestiones que se le señalaron después, Cárdenas Jiménez fue un buen gobernador.

Celebro, por un lado, que acabara con los “pasquineros” que vivían del presupuesto del Estado y desprestigiaban el oficio periodísticos. Para quien no conozca el término, eran personajes que publicaban periodiquitos de dos pliegos cuando mucho, tabloides, con información oficial exclusivamente siempre a favor del gobernante en turno y plagados de anuncios del Gobierno estatal. Se distribuían en oficinas de gobierno y ahí quedaba el asunto. Cárdenas Jiménez terminó con eso y fue muy bueno.

Y, por otro (sin que signifique que sea lo único ni que no hubiese asuntos cuestionables), su papel como gestor de recursos y obras para Jalisco. Recuerdo que un priista de Jalisco que estaba en la Secretaría de Desarrollo Social reconocía con todas sus letras al gobernador del Estado porque desde que era alcalde de Ciudad Guzmán, nunca delegó en nadie ir a tocar la puerta de secretarios de diferentes áreas, para conseguir, reitero, recursos y obras para Jalisco. Gestionó, hizo una labor política como debía ser y consiguió no sólo simpatías sino resultados concretos a favor de los jaliscienses aun cuando en la Presidencia de la República estuviera un priista. Que yo sepa, nunca se peleó con nadie.

La estrategia de pelearse o atacar me parece contraproducente por donde se le vea y los afectados son los gobernados. Otro ejemplo: en las conferencias de prensa que los periodistas llamamos “banqueteras” era frecuente que algún colega más que preguntar agrediera con señalamientos al entrevistado, fuera gobernador, alcalde o empresario; y lo que casi siempre sucedía, era que el entrevistado optaba por callarse, por contestar con sarcasmo o de plano, se iba y a todos los demás nos deja con la batería de preguntas.

Algo así está haciendo Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco, pero se está equivocando, desde hace tiempo, y se ha señalado y cuestionado, pero él sigue con los altísimos niveles de rijosidad y bravuconería que hasta ahora no han representado más dinero o más obras para Jalisco, ni causas sociales satisfechas.


Fuente: Qucho/El Informador


Le dio resultado cuestionar a Raúl Padilla hace varios años y desde ahí agarró el patrón, pero, lamento decirlo, está agotado. Reconocí en su momento su valentía para exponer lo que eran secretos a voces con respecto al conocido como “cacique” de la Universidad de Guadalajara, el famosísimo “licenciado”, sin embargo, a partir de ahí, se ha peleado con la prensa. Lo hizo como primer edil de Guadalajara y al iniciar como gobernador, entre otros, con esta casa editorial. No hay una crítica, por justificada y sustentada que se haga, que tenga el ánimo de contribuir que Alfaro tome en cuenta. Signos claros de soberbia y desdén por todo lo que no sea lo que él dice o hace o cree o impone.

Le ha echado bronca a Andrés Manuel López desde que ambos eran candidatos y no se diga ahora como Presidente el primero y él como gobernador de Jalisco; pero en el primer encuentro, todo son loas y zalamerías, pañuelo en mano. Así consiguió el compromiso de la Línea 4 de Tren Ligero, vamos a ver qué pasa ahora con esa obra luego de las bravuconadas de los últimos días y las amenazas de salirse del pacto fiscal ¿o del federal? (qué explique y precise, le toca).

Y no sólo con relación al Presidente actúa así (también están los “sótanos del poder”). Bueno, además de los múltiples ejemplos de rijosidad en el contexto de la pandemia con críticas desinformadas sobre el manejo a nivel federal, específicamente los señalamientos contra el Dr. Hugo López Gatell, también está la sociedad civil a la que no atiende y desdeña y descalifica en cuanto puede. Esta semana rindió un informe sobre las personas desaparecidas en Jalisco y resulta que se trata de cifras maquilladas.

Por fortuna, las asociaciones solidarias con esta causa y de familiares y víctimas no lo dejaron pasar y presentaron un contrainforme el jueves pasado. Por supuesto, hasta este momento, el gobernador no ha reaccionado, ni para bien ni para mal, aunque, la verdad, temo que si lo hace será para descalificar a la sociedad civil, es su patrón de conducta, ya muy desgastado y con el que, en realidad, está logrando que cada vez menos gente lo tome en cuenta. Todo es pleito, todos están contra él, todo es maltrato y él es perfecto.

No es la manera. Cómo quisiera un gobernador que, por la vía del oficio político, del buen oficio político, consiguiera obras y recursos para Jalisco, sin marrullerías ni incongruencias ni cálculos electorales, sin echar bronca. Tendría mejores resultados, pero no, prefiere que los destinatarios se cierren o se vayan porque ¿quién quiere estar aguantando agresiones?


Columna publicada en El Informador el sábado 31 de octubre de 2020.

sábado, 24 de octubre de 2020

Contra la corrupción

Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)


Desde que tengo uso de memoria existe corrupción en México. Me acuerdo, por ejemplo, cuando era niña, que mi papá hablaba de “mordelones” y siempre que lo hacía sabíamos que se refería a un agente de tránsito y no a un perro. La “mordida” era (¿es?) la dádiva, pedida u ofrecida, para que el “tamarindo” (esto en la Ciudad de México por el color del uniforme) se hiciera de la vista gorda ante una infracción vial y dejara ir al conductor sin multa. También pasaba que se inventaban las infracciones y el conductor terminaba abriendo la billetera (“gánale al PRI”); si el ciudadano optaba por no dar dinero, estaba consciente de que tendría que perder un día o más para pagar la multa. Creo, en general, que estamos familiarizados con estos casos.

Este era el nivel inferior de la corrupción, porque las “mordidas” se acostumbraban casi en todas las dependencias de gobierno (municipal, estatal y federal) donde el ciudadano debía realizar algún trámite; también había coyotes que encarecían cualquier gestión; o burócratas de ventanilla que, si no recibían un “detalle” o “regalo”, retrasaban la conclusión del trámite, lo dificultaban con cuanto obstáculo o de plano negaban los permisos. Luego había que lidiar con los sindicatos, las grandes centrales obreras que amenazaban con huelgas si no se les entregaba una mensualidad.

Lo sabemos ¿o no? Digo, pregunto porque de pronto me llama la atención que algunas personas, de diversos grupos sociales, de manera directa o a través de redes, no manifiestan un gusto especial por el combate a la corrupción que se está haciendo, al contrario. El ejemplo que me motivó a escribir sobre esto hoy es el de los fideicomisos cuya desaparición está en proceso y serán auditados técnica, administrativa y financieramente.


Fuente: Recorte de pantalla de la conferencia de prensa del 21 de octubre de 2020. 
Gobierno de México.

Me llama la atención el caso por muchas cosas, sobre todo, porque se ha fomentado (me refiero a que se reitera y se buscan reacciones sobre bases falsas) en algunos medios, información que no es precisa, se omiten datos; el más frecuentes es que, sostienen y repiten, al suprimirse los fideicomisos los rubros de su especialidad quedarán desprotegidos. Bueno, incluso hay una carta firmada por científicos y académicos de universidades estadounidenses, que lamentan el retiro del apoyo a la ciencia en México al desaparecer los fideicomisos cuando eso no está planteado en la medida.

Es curioso que esto suceda cuando se ha dicho varias veces, no sólo en la conferencia de prensa mañanera sino en algunos medios, pocos, por cierto, que el apoyo no se retira, sino los fideicomisos, porque precisamente por su estructura resultan difíciles de fiscalizar. En la conferencia del miércoles pasado se ofrecieron detalles de las principales irregularidades, de las empresa, grandes y muy grandes, nacionales y transnacionales, que recibían apoyo sin necesidad (fondos del Conacyt) y, particularmente, de los recursos que a través de “Juntos Podemos” recibió (aunque lo niega) Josefina Vázquez Mota, la política panista que es una vergüenza para México y no sé si para su partido, igual y no, a lo mejor hasta orgullosos están. ¿O qué se puede pensar si conocemos ahora los oficios?: “Hago de su conocimiento que la licenciada Josefina Vázquez Mota realizará una visita de trabajo a esa circunscripción, en el marco de las actividades de colaboración institucional relacionadas con el programa Juntos Podemos. Al respecto y por instrucciones superiores, mucho se agradecerá su gentil apoyo para apoyarla con transportación (vehículo con operador) desde su arribo hasta su partida”. Instrucciones superiores, bueno, ya vimos quiénes eran, todos funcionarios del gobierno peñista, suena a pago y “conciliación” de intereses. Y en el mismo oficio se agrega: “En caso de ser necesario, este Instituto (de los Mexicanos en el Exterior, IME), instruye cubrir los gastos diversos que se generen en dicha visita (Anexo 26) con los recursos existentes de la sub partida 44102-11 Atención a comunidades de mexicanos (IME)”. Este es solo un ejemplo de cómo operaba; el total de recursos que se atribuyen a manejos poco claros, no comprobados hasta ahora, expuestos en 2017, de Vázquez Mota y Juntos Podemos, asciende a mil millones de pesos, es decir, alrededor de 47.5 millones de dólares. Dos millones 722 mil dólares se gastaron en seis meses (alrededor de 57 millones de pesos ¡9.5 millones de pesos al mes!) para impartir 12 cursos y ocho talleres y para cuatro unidades móviles, así como para material impreso para 20 promotores.  

Estos casos de corrupción, entre muchos otros, más y menos graves, son los que se están combatiendo ¿cómo alguien puede lamentarlo u oponerse? ¿Debemos pensar entonces que quienes se desgarran las vestiduras por estos asuntos están a favor de la corrupción? ¿De las prácticas perversas y añejas perfeccionadas a través del tiempo? ¿De la fuga de recursos públicos y el consecuente daño a las arcas nacionales, a los impuestos que pagamos?

Está explicado con detalle, se han aclarado las imprecisiones, las omisiones y las fake news sobre este asunto. La insistencia en tergiversar no responde sino a intereses (económicos, políticos, electorales, de odio irracional) que no son los de la mayoría de los mexicanos. Celebro la lucha contra la corrupción, quisiera que no fuera un recuerdo infantil de las nuevas generaciones de mexicanos.


Columna publicada en El Informador el sábado 24 de octubre de 2020.

sábado, 17 de octubre de 2020

"Fratelli tutti" II

Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

 

De las primeras reflexiones del Papa Francisco en la Encíclica Fratelli tutti que firmó en la tumba de San Francisco el 3 de octubre pasado, hay una serie de puntos bajo el título “Sin un proyecto para todos” cuyo contenido, estoy segura, resultará familiar para muchos; sólo espero que no sea pretexto para reafirmar lo que se plantea, sino para romper con el patrón desde lo que nos toca como seres humanos, como ciudadanos, como hombres y mujeres habitantes de este planeta en estos tiempos.

Antes de entrar a esa parte, quiero referir otra que es, en realidad, la que ha sido más difundida del documento papal, aun cuando lo nombra sin metáforas una sola vez en la carta: el neoliberalismo (y en el mismo párrafo, neoliberal). La crítica a ese sistema, desde los señalamientos por el manejo de la pandemia en el mundo, por ejemplo, hasta sus consideraciones sobre los “descartables” que abordaré enseguida, está implícita prácticamente en toda la carta y, como escribí la semana pasada, para el Papa Francisco no es un tema nuevo, ha venido insistiendo en lo pernicioso que es y ha sido, desde antes de que llegara a ocupar la Silla de San Pedro.


Fotografía: Pablo Burmester. Tomada de: Humanitas

En el apartado Valores y límites de las visiones liberales, el Papa escribió, luego de sus reflexiones, conocidas de hecho, sobre la caridad, lo siguiente: “El mercado no solo no resuelve todo, aunque otra vez nos quieran hacer creer este dogma de fe neoliberal. Se trata de un pensamiento pobre, repetitivo, que propone siempre las mismas recetas frente a cualquier desafío que se presente. El neoliberalismo se reproduce a sí mismo sin más, acudiendo al mágico “derrame” o “goteo” —sin nombrarlo— como único camino para resolver los problemas sociales”. En este punto también afirma que la especulación financiera que implica ganancias fáciles sigue causando estragos y, antes, sostiene que es “imperiosa una política económica activa orientada a promover una economía que favorezca la diversidad productiva y la creatividad empresarial, para que sea posible acrecentar los puestos de trabajo en lugar de reducirlos”.

Estas reflexiones, posteriores a lo que citaré a continuación, no son sino la continuación de un hilo conductor que muestra las preocupaciones del Pontífice sobre la forma en la que estamos organizados en el mundo, los perjuicios del capitalismo, el individualismo que alienta, la deshumanización y otros fenómenos que impiden que seamos Hermanos todos. La encíclica no sólo es un diagnóstico demoledor, sino que incluye acciones y propuestas en las que podemos participar todos desde distintos frentes.

En “Sin un proyecto para todos” el papa afirma que la desesperanza y la desconfianza que se siembran constantemente en la sociedad, son la mejor manera de dominar y avanzar sin límites y sin transición, agrega: “Hoy en muchos países se utiliza el mecanismo político de exasperar, exacerbar y polarizar. Por diversos caminos se niega otros el derecho a existir y a opinar, y por ello se acude a la estrategia de ridiculizarlos, sospechar de ellos, cercarlos. No se recoge su parte de verdad, sus valores, y de este modo la sociedad se empobrece y se reduce a la prepotencia del más fuerte”. Lo que sigue me resulta especialmente pertinente para reflexionar en torno al contexto político mexicano: “La política ya no es así una discusión sana sobre proyectos a largo plazo para el desarrollo de todos y el bien común, sino sólo recetas inmediatistas de marketing que encuentran en la destrucción del otro el recurso más eficaz. En este juego mezquino de las descalificaciones, el debate es manipulado hacia el estado permanente de cuestionamiento y confrontación”.

Cualquier parecido con la realidad... Las reflexiones nos alcanzan a todos, ojalá lleguen a todos y encuentren oídos atentos y conciencias dispuestas a comprender, a rectificar, de un lado y del otro. No vamos por buen camino. Las divisiones profundizan y empeoran la situación. Las mezquindades cotidianas, la ceguera producto del odio, todo eso hace mucho daño.

Cierro con un último párrafo que, si bien el Papa Francisco dirige al mundo y hasta se incluye, podría ser un tema para reflexionar a título personal: “En esta pugna de intereses que nos enfrenta a todos contra todos, donde vencer pasa a ser sinónimo de destruir, ¿cómo es posible levantar la cabeza para reconocer al vecino o para ponerse al lado del que está caído en el camino? Un proyecto con grandes objetivos para el desarrollo de toda la humanidad hoy suena a delirio. Aumentan las distancias entre nosotros, y la marcha dura y lenta hacia un mundo unido y más justo sufre un nuevo y drástico retroceso”. #NosNecesitamosJuntos.

(Por si caso, dejo aquí otra vez la liga para acceder al documento completo: Fratelli tutti).


Columna publicada en El Informador el sábado 17 de octubre de 2020.

sábado, 10 de octubre de 2020

"Fratelli tutti"

Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

 

Si acaso no ha tenido oportunidad de leer la encíclica Fratelli tutti o por lo menos un resumen del documento papal, sí recomiendo que lo haga. Es un texto largo, 122 páginas, que el Papa Francisco venía preparando desde algunos meses antes de que se atravesara en el camino del mundo esta pandemia, circunstancia que, es evidente, motivó que el sumo pontífice ahondara en sus inquietudes y preocupaciones, de manera que entrega ahora a la humanidad una reflexión que pretende detenerse en la “dimensión universal” del amor fraterno.

Y para llegar a ello, además de detallar quiénes y en qué momento lo inspiraron para escribir esta carta sobre la “fraternidad y la amistad social”, aparte de que retoma fragmentos de discursos y mensajes de él mismo en diferentes momentos y ante diversos públicos, el Papa Francisco hace un diagnóstico de la realidad que vivimos en este mundo; un diagnóstico profundo, crítico y autocrítico, fuerte y, sin duda alguna, polémico; seguramente no ha sido del agrado de muchos de los que son cuestionados pero también puede servir, para los creyentes y para, como dice el Papa, todos los hombres y mujeres de buena voluntad, como un texto para abrir los ojos, para observar y observarnos en nuestro entorno.

Es una invitación a revisar cómo hemos estado organizados, cómo funcionamos como integrantes de una nación, de un Estado, como fieles de alguna religión; y de cómo funcionan los Estados y las democracias, así como las instituciones económicas y financieras; el gran capital.


El papa Francisco mientras firma la Carta Encíclica "Fratelli tutti" sobre la tumba de 
San Francisco de Asís. Fuente: Vatican News.

Quiero aprovechar al máximo el espacio, que es breve, para tratar de compartir aquí varios de los puntos que componen la encíclica, 287 en total, cuya traducción es “Hermanos todos”, con una clara y expresa inspiración en san Francisco de Asís y también en, ya en el cierre, en Carlos de Foucauld, quien le pidió a un amigo, cita el Papa: “Ruegue a Dios para que yo sea realmente el hermano de todos”, una conclusión a la que llegó después de haberse identificado con “los últimos, abandonados en el desierto africano”.

En el punto siete de la encíclica, de manera clara y demoledora, escribió que mientras redactaba la carta irrumpió la pandemia “que dejó al descubierto nuestras falsas seguridades. Más allá de las diversas respuestas que dieron los distintos países, se evidenció la incapacidad de actuar conjuntamente [...] Si alguien cree que sólo se trata de hacer funcionar mejor lo que ya hacíamos, o que el único mensaje es que debemos mejorar los sistemas y las reglas ya existentes, está negando la realidad”. Como señala el pontífice, estamos hiperconectados, pero estamos solos.

Llama la atención sobre los indicios de regresión que dejan atrás los propósitos y las acciones de unidad e integración después de las guerras del siglo XX; hoy: “Se encienden conflictos anacrónicos que se consideraban superados, resurgen nacionalismos cerrados, exasperados, resentidos y agresivos”. Y se refiere a la globalización, a este abrirse al mundo, “una expresión que ha sido cooptada por la economía y las finanzas”, una cultura que sí, unifica al mundo “pero divide a las personas y a las naciones” porque, y aquí introduce una cita de Benedicto XVI “la sociedad cada vez más globalizada nos hace más cercanos, pero no más hermanos”.

Los puntos 13 y 14, bajo el subtítulo “El fin de la conciencia histórica” me parecen fundamentales. Escribió antes que los poderes económicos transnacionales aplican el “divide y reinarás” y por eso, continuó, se alienta una pérdida del sentido de la historia para disgregar aún más, con “la necesidad de consumir sin límites y la acentuación de muchas formas de individualismo sin contenidos”. Aquí hizo énfasis en la educación y los mensajes para los jóvenes de quienes desprecian la historia y el pasado, para que las nuevas generaciones crezcan despreciándolos y para que rechacen la riqueza espiritual y humana. Esas, puntualizó el Papa, son nuevas formas de “colonización cultural” y agregó: “Un modo eficaz de licuar la conciencia histórica, el pensamiento crítico, la lucha por la justicia y los caminos de integración, es vaciar de sentido o manipular las grandes palabras. ¿Qué significan hoy algunas expresiones como democracia, libertad, justicia, unidad? Han sido manoseadas y desfiguradas para utilizarlas como instrumentos de dominación, como títulos vacíos de contenido que pueden servir para justificar cualquier acción”. Muy fuerte.

Algo más, que en realidad es una reiteración de lo escrito en la encíclica Laudato si’: “El siglo XXI «es escenario de un debilitamiento de poder de los Estados nacionales, sobre todo porque la dimensión económico-financiera, de características transnacionales, tiende a predominar sobre la política».

Está para leerla y releerla. Estamos solos y nos necesitamos juntos; es preciso organizarnos de otra manera. Urge atajar las desigualdades de manera contundente y no paliativa como ha hecho el neoliberalismo.

Por supuesto, no se quedó ahí y el espacio se me agota, seguramente volveré al tema, no sin antes compartir la liga donde la pueden leer y descargar íntegra: Fratelli tutti.


Columna publicada en El Informador el sábado 10 de octubre de 2020.

Participación ciudadana... Va

Ciudad Adentro

 

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)


 

A pesar de que hemos avanzado, mal que bien, a tiros y a tirones, en la construcción de una cultura democrática en México, resulta que, en general, los ciudadanos no estamos muy acostumbrados a que se nos convoque para tomar en cuenta y en serio nuestras opiniones.

Hemos sido testigos, eso sí, sexenio tras sexenio, de ejercicios simuladores como las famosas y costosísimas consultas para el plan nacional de desarrollo, por ejemplo; replicadas luego en los gobiernos de los estados y de los municipios con la instalación de mesas y toda una parafernalia protocolaria e innecesaria que daba la idea de que sí se atendían las demandas ciudadana expuestas directamente por la sociedad civil.

Para esos planes y para otros, en cuyas aperturas e inauguraciones gobernantes de todos los partidos se han llenado la boca asegurando que impulsaban la participación ciudadana, se dizque convocaba, pero a la hora de la hora, nada era considerado realmente porque ya tenían los documentos enjuagados, lavados, planchados y listos para usar en sus portafolios o escritorios.

La evidencia más clara de que todo esto era pura simulación, teatro y faramalla, es que las demandas auténticas y urgentes de la sociedad empezaron a expresarse en marchas, mítines y plantones para exigir respuestas por los agravios derivados de omisiones y abusos de las autoridades.

Y entonces la clase política, tan pronta a incluir en sus discursos la importancia de la participación de la sociedad civil y del desarrollo democrático, empezó a criminalizarla y a descalificarla; y cuando vio que no era fácil, decidió infiltrarla para, desde adentro, boicotear los movimientos, para desvirtuarlos, para tergiversar las causas y manipular a su antojo con la clara intención de dividir a la población. Lo hemos visto en movimientos estudiantiles, desde hace décadas, dolorosamente; en movimientos feministas; entre los que defiendan causas ambientales, de derechos humanos en general o que combaten la globalización; en las manifestaciones de maestros y en otros movimientos sociales a lo largo del siglo XX y lo que va del XXI.

En respuesta a tendencias mundiales, para no ser cuestionados o juzgados por la comunidad internacional, supongo, México ha avanzado en la reforma y creación de instituciones democráticas y progresistas que forman parte del andamiaje democrático en el mundo: comisiones de derechos humanos, organismos ciudadanizados de acceso a la información pública y para organizar las elecciones, mecanismos para la rendición de cuentas, tribunales, fiscalías, procuradurías y, por supuesto, mecanismos para alentar la democracia participativa específicamente con el diseño (barroco y complicado como todo lo que quieren dizque abrir a la sociedad) de mecanismos o herramientas como la consulta popular, el referéndum, el plebiscito, la iniciativa popular y la consulta ciudadana. Cada una tiene sus especificaciones, métodos y protocolos y varías de un estado a otro, pero así en general.

Bueno, porque son complejas o porque no estamos acostumbrados o porque pensamos que a la hora de la hora ni van a tomar en cuenta nuestras opiniones, por desconfianza, se usan apenas. Quizá es una combinación de poco de todo, o mucho.

La cuestión es que ahora, que se abre la posibilidad de una consulta popular con la intervención a favor de los tres poderes del Estado mexicano: Ejecutivo, Legislativo y Judicial hay quienes señalan y confunden. A estas alturas por supuesto, con estos antecedentes, el lector sabe a dónde voy: el aval de la Suprema Corte de Justicia de la Nación a la realización de una consulta para preguntar a los ciudadanos mexicanos si estamos “de acuerdo o no en que se lleven a cabo acciones pertinentes, con apego al marco institucional y legal, para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos, encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las probables víctimas”.

Hacer esta consulta es constitucional y a partir de lo que resulte, se llevarán a cabo las acciones pertinentes ¿dónde está el problema? ¿qué causa confusión? Es para celebrar. Por primera vez se plantea un asunto de esta magnitud y se nos van a tomar en cuenta, tendrá que ser un ejercicio impecable, la consulta y lo que venga después.

Por un lado, la SCJN deja la puerta abierta para la participación ciudadana, el Presidente defiende ese derecho y lo reconoce con todo y que consideró “genérica” la nueva pregunta sin los nombres de los expresidentes (se amplió a “actores políticos”; mejor); y, por otro lado, se reconstruirá la memoria colectiva sobre los delitos del pasado con la idea de que sea un proceso de catarsis sí, pero también de desagravio y, sobre todo, de justicia.


Columna publicada en El Informador el sábado 3 de octubre de 2020.