sábado, 28 de noviembre de 2020

José Manuel Mireles

Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

 

El Dr. José Manuel Mireles representa una etapa de nuestra historia reciente de las más intensas y dolorosas por las que hemos pasado en los últimos lustros y que, lamentablemente, mutada, persiste.

Una lucha que se gestó desde la comunidad, de manera espontánea, de la que el Dr. Mireles formó parte como muchos otros, pero que no rindió en su momento los frutos que se esperaba. El movimiento de las autodefensas y policías comunitarias surgió como una necesidad apremiante para que el Estado asumiera su responsabilidad y acabara con las mafias y el crimen organizado que habían tomado posesión de Michoacán, una vez iniciada la mal llamada “guerra” contra el narcotráfico urdida por Felipe Calderón.

Para analistas y estudiosos del fenómeno se empezó a gestar durante la administración del panista, precisamente, aunque se manifestó de manera plena en el arranque del gobierno peñista. El caso de las autodefensas, especialmente el Dr. Mireles como parte de ellas, es uno de los ejemplos más indignantes generador de rabia e impotencia, de los niveles de criminalidad con los que ha operado el Estado mexicano.

Hoy sabemos que es una historia de traiciones, corrupción e intereses muy ajenos a los que tendrían que atender, por mandato constitucional, las autoridades de nuestro país.

Después del engaño y la traición, luego de una lectura puntual de las debilidades del protagonista (eso lo saben hacer muy bien), el Dr. Mireles terminó encarcelado, desde mi punto de vista y, al parecer hay casi un consenso, de manera injusta, porque todo fue presuntamente una maniobra del gobierno de Peña Nieto con el asunto de la venta y legalización de armas de uso exclusivo del Ejército.

De todo lo que pasó en torno al Dr. Mireles, fallecido esta semana a consecuencia de complicaciones por Covid-19, quiero referirme a dos asuntos, uno quizá pendiente y el otro, para tener en mente siempre. Ni la polémica, ni la vida personal, ni sus errores.


Foto: AP. El Informador.


El primero de ellos es la denuncia que haría, según anunció, ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, recién que dejó la cárcel, por delitos de lesa humanidad contra Enrique Peña Nieto, precisamente, a quien acusó de permitir la legalización de miles de armas que sí se distribuyeron entre civiles michoacanos y fueron la causa de la descomposición del de por sí débil y roto tejido social. Muchos muertos; recuerdo la matanza de Apatzingán. Hasta donde pude indagar, esa denuncia quedó como algo pendiente, pero por lo menos públicamente se presentaron los argumentos.

Y el otro asunto, para no olvidar, fue la conferencia que dictó en la Universidad Nacional Autónoma de México, en la que dirigió un mensaje a los jóvenes. Un mensaje desde la experiencia dolorosa del daño que causan las adicciones, de la pérdida de vidas, historias y talentos; los grandes perjuicios del narcotráfico.

En aquella ocasión, fue a principios del año 2018, José Manuel Mireles presentó su libro ante estudiantes de la UNAM y les dijo, entre otras cosas, “que el miedo no se quita a la hora de enfrentar situaciones como lo que está pasando en la universidad —se refería a los dos traficantes de drogas que fueron asesinados en instalaciones universitarias— no esperen no tener miedo nunca, el miedo nunca se les va a quitar, el que muere de miedo muere todos los días, el que no tiene miedo muere una sola vez. Los conminó a defender su universidad, a unirse y a abrir los ojos ayúdenme a despertar la conciencia de toda la nación… prepárense muy bien, están en el mejor lugar del mundo para que cambien las cosas en toda la nación, no sólo en sus pueblos de origen… Esta es la mejor trinchera que existe para toda lucha social… El día que empiecen a defender su escuela nadie va a volver a entrar a venderles drogas, duro con ellos, las drogas no benefician a nadie, se pueden sentir bien un ratito, pero lo mejor es tener la conciencia despierta y el conocimiento trabajando.

Sobre esta presentación en la UNAM escribí en marzo de 2018 y dejó aquí la liga del artículo completo (UNAM).

Descanse en paz, Dr. José Manuel Mireles.


Columna publicada en El Informador el sábado 28 de noviembre de 2011.

sábado, 21 de noviembre de 2020

Oficio político

Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

 

Hemos escuchado la expresión, sin duda, y no requerimos de mayores definiciones para, en general, comprender, saber de qué se está hablando. El oficio político lo puede ejercer cualquiera y en diversos ámbitos; en las familias a veces se necesita, digo, no por nada a la familia del cónyuge de le identifica como “familia política”. Al oficio político, al bueno oficio político está vinculada la mano izquierda, la de los pases inspirados en la fiesta brava. Bien, pero no se trata aquí –que no estaría de más—de hacer un artículo sobre el oficio político, una cualidad o virtud que debería ser consustancial al servicio público.

Tener oficio político y, por ende, ejercerlo, debería significar para los ciudadanos, que el gobernante que lo practique reportará a sus representados más beneficios que perjuicios, más soluciones que problemas, más esperanza que desesperanza, más avance que retroceso, más calidad de vida que su deterioro, porque trabajaría por la sociedad que lo colocó en tal puesto mediante el voto, como se estila en los sistemas democráticos, es decir, su máximo interés y preocupación sería, debería ser, la gente de la que recibe mandato, poder y salario y no su persona ni su carrera o la de sus allegados, ni sus aspiraciones políticas para la próxima y la próxima elección.

Hasta aquí dejo estas reflexiones sólo para decir que el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, no tiene oficio político y es una lástima. Un tiempo creí que sí, pero no y la decepción es grande.

Me enfocaré en un tema, son varios, pero en este momento es uno el que prevalece: el presupuesto para el año 2020. Antes de que se diera a conocer ya hubo declaraciones y acciones como la conformación de la alianza federalista que dejó colgados de la brocha al resto de gobernadores en los propósitos de una asociación de esa naturaleza; y amenazas de que se tomarían medidas y bla bla bla si a Jalisco no se le daba lo que le correspondía.

Después de eso, un análisis de la periodista Sonia Serrano reveló que el recorte que “denunció” Alfaro, no aparecía en los documentos del presupuesto. El Ejecutivo estatal dijo: “el Presupuesto de Egresos de la Federación del próximo año implica una reducción a Jalisco de 9 mil 200 millones de pesos en términos reales”; cuando en realidad se trata de, una cantidad menor sí, pero equivalente a 5.3 millones de pesos, con lo que Jalisco se ubica entre los estados mejor tratados por el Gobierno federal.

Días más tarde de esa publicación, en esta misma semana, Alfaro difundió un video en redes sociales, para los espectadores de redes sociales, no para todos los jaliscienses, donde “aclara” y reitera lo de los nueve mil millones, de paso, claro está, llama “traidores” a la bancada jalisciense de Morena en la Cámara de Diputados.

La aclaración del grupo de legisladores jaliscienses no se hizo esperar y comparto aquí varios puntos, de entrada: “Enrique Alfaro no reconoce y no quiere ver, que tanto México como el mundo, están en un escenario de pandemia y desaceleración económica”. Señalan luego que la reducción presupuestal afecta a todos los estados y al Gobierno federal y enseguida: “Ignora la coyuntura económica, haciendo caso omiso de la pandemia, aunque ha sido su gran pretexto para justificar endeudamiento, suspensión de derechos y garantías constitucionales, así como falta de transparencia y rendición de cuentas” y luego: “Insiste en utilizar las cifras de manera tramposa para genera confusión y defender un discurso político subjetivo e irreal”.

Los legisladores por Jalisco remarcaron que el gobernador no pudo negar que Jalisco ocupa el primer lugar en subsidios a nivel nacional, el tercero como receptor de participaciones federales; que la reducción fue pareja, es decir, no hubo ensañamiento contra este Estado; que Jalisco es la entidad que más gasto federalizado recibe; tampoco habló de la alta dependencia del Estado a los recursos federales ni que 9 de cada 10 pesos que Jalisco gasta, proceden del Gobierno federal.

En el comunicado precisaron que no se quitarán a Jalisco los recursos para salud que antes manejaba el Seguro Popular y ahora el INSABI. Aseguraron que ese rubro está en Protección Social en Salud y por eso ya no cuenta como gasto federalizado, es todo. Faltó esa explicación y otras que los diputados por Jalisco plantearon con una batería de preguntas emanadas de observaciones de la Auditoría Superior de la Federación como solventar el destino de 731 millones de pesos en un caso y de 691 millones en otro, relacionados con gastos en salud. Le cuestionan, casi para terminar, que Jalisco es uno de los estados que más dinero ha regresado a la Federación por no ejercerlo y que era para programas de salud y, por último, afirman lo que he señalado en columnas anteriores de manera reiterada, apelando a lo que le quede de oficio político: “La confrontación y la descalificación sólo exacerban el escenario de crisis por la pandemia que afecta a Jalisco, a México y a todo el mundo, en perjuicio de millones de familias. Es momento de unidad, de verdad y de encontrar coincidencias. Invitamos al Gobierno de Jalisco y a Enrique Alfaro a trabajar con altura de miras”.

Seguramente habrá quienes le crea a uno y quienes a los otros ¿por qué no privilegian el oficio político y lo ejercen sin perder de vista que lo primero, lo primero es Jalisco y los jaliscienses en un entorno de circunstancias adversas para todos? Se requiere con urgencia generosidad y gestiones a favor de la gente, en otras palabras, oficio político.


Columna publicada en El Informador el sábado 21 de noviembre de 2020.

sábado, 14 de noviembre de 2020

Va para largo

Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

 

Las buenas noticias son pocas y efímeras. Esta pandemia que ha puesto al mundo de cabeza, con saldos dolorosos: miles de muertos, miles de enfermos, de personas recuperadas, pero con secuelas, miles de hombres y mujeres sin empleo, miles de negocios cerrados, millones y millones encerrados y desesperados, no termina y no terminará pronto, por lo visto, así, tal cual: repuntes, rebrotes, regreso al confinamiento, endurecimiento de medidas y lo que, lamentablemente, conocemos ya de sobra.

Va para largo con todo y la información reciente de que la vacuna está muy avanzada en por lo menos dos laboratorios. Está muy bien y es lo que esperamos todos, por lo que desesperamos con el anhelo casi incontenible de volver a la normalidad, lo más parecida a como era antes de la Covid-19 en nuestras vidas, causada por el virus Sars-CoV2.



Casos en Jalisco, México y el mundo, al 14 de noviembre de 2020 (09:43 horas). Fuente: Google.


La situación ha empeorado en muchos países del planeta por las divisiones internas y polémicas que el manejo de la pandemia ha motivado; desde el principio y en todo el mundo, aunque no es para nada algo que sirva de consuelo (ya deberíamos haber aprendido), políticos de un color y de otro, a pesar de que son la salud y la vida de miles de personas las que están en riesgo, han llevado agua a sus molinos. Han acentuado y profundizado rivalidades previas a la pandemia y, tristemente, no he sabido de un país que, de manera permanente, haya logrado la unión de su clase política por una causa común, que tendría que ser salvar vidas sin apartarse un ápice de la meta. Esta pandemia ha dejado en evidencia esa mezquindad que, ya sabíamos, es parte de la personalidad de muchos, casi todos los políticos en el orbe. Llegará el tiempo de pasar factura, llegará.

Mientras tanto, en lo que son peras o son manzanas como decía mi mamá, sí, nos toca cuidarnos y cuidar al otro, armarnos de paciencia, hacer de tripas corazón y, en la medida de lo posible, quedarnos en casa.

Jalisco, como ha sido reconocido por propios y extraños, es un caso atípico, casi único en el mundo, porque rompió con el esquema de lo que era el protocolo más adecuado una vez que se documentaron las acciones en los países donde la pandemia pegó primero, antes incluso de que fuera pandemia; y, claramente en contraposición de las medidas recomendadas por la Organización Mundial de la Salud.

A estas alturas del partido nos ha tocado aprender y leer entre líneas los mensajes contradictorios de la máxima autoridad sanitaria en la entidad; muchos sabemos ya detectar las medidas que tienen un claro propósito manipulador y, gracias a nuestro sentido común y de supervivencia, hemos logrado, no todos claro está, distinguir cuál sí es una buena medida y cuál no.

En esta parte, hay que decirlo, muchos jaliscienses, particularmente habitantes de la zona metropolitana de Guadalajara, por necesidad, han quedado a merced de medidas mal planeadas, mal planteadas, deficientemente socializadas o difundidas y peor ejecutadas. Y bueno, tenemos los eventos vinculados al botón de emergencia cuyas repercusiones las conoceremos hasta dentro de 14 o 15 días más o menos. Espero de verdad, profundamente y de todo corazón, que no sean tan tremendas como se podrían vaticinar por la cantidad de personas que se aglomeró en las estaciones del tren ligero, en las paradas de camiones y adentro de las unidades del transporte durante los horarios de operación.

Deseo también que las correcciones que dicen que se implementaron hayan dado resultados porque es un hecho que hay mucha gente enojada, digo, ahí está la #macromentada a la que se convocó a manera de “porra” para la máxima autoridad sanitaria en Jalisco —y las porras se repiten—; así como la sucesión de críticas bien fundamentadas, con argumentos de peso, con exposición de motivos y cálculo de consecuencias, que fueron total y absolutamente ignoradas pese al compromiso de atenderlas si tenían como propósito corregir y mejorar. Esto no sucedió, si acaso, a medias y tarde. Un ejemplo es ese de que el transporte público dejará de funcionar este fin de semana, definido como etapa de transición por el Buen Fin, antes del cierre de las tiendas que podrá ser hasta las 23 horas ¿cómo ahí qué? ¿Realmente se quiere incentivar la actividad comercial? ¿Y toda la gente que no tiene vehículo particular? ¿Se facilitará transporte? ¿Aplicarán ahora sí las tarifas solidarias de los taxis?

La pandemia y todas las medidas que nos toca observar para cuidarnos y cuidar a los demás, se extienden todavía por tiempo indefinido. Como llegó después a México podríamos pensar que vamos con una especie de desfase y los datos de lo que ocurre en España e Italia, sólo como casos emblemáticos, deberían ser una clara señal de que hay que poner nuestras barbas a remojar, aprender en cabeza ajena pues.

Va para largo, nos toca ser prudentes, seguir aprendiendo a descifrar mensajes, organizarnos, tomar las mejores decisiones, ser solidarios, protegernos entre nosotros y aguantar un poco más. Sólo de esta manera serán más las buenas noticias que las malas y con un poco más de duración. #NosToca #NosNecesitamosJuntos #YoMeQuedoEnCasa.


Columna publicada en El Informador el sábado 14 de noviembre de 2020.

sábado, 7 de noviembre de 2020

Incongruencias a granel

Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

 

A las sucesivas crisis que hemos sufrido desde hace décadas, que de pronto parece que se superan, pero pronto nos descubrimos en retrocesos impensables e indeseables; a las crisis recrudecidas de salud y economía por la pandemia que afecta al mundo entero, hay que sumar una tan marcada y terca cuya realidad y recrudecimiento no son buenas noticias para los ciudadanos porque significa autoritarismo y demagogia pura: la crisis de representación.

Vi y escuché el Segundo Informe de Gobierno de Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco ayer, y fui de asombro en asombro, con todo y que el Poder Legislativo del Estado no ha dado sino muestras fehacientes y reiteradas de su subordinación (para usar la misma palabra que usó la diputada Mara Robles) al Ejecutivo. Esos diputados y diputadas, salvo Mariana Fernández y Erika Pérez, no deberían llamarse representantes de la sociedad jalisciense por más que la ciudadanía haya votado por ellos.

¿O cómo explicar que Enrique Velázquez, diputado del PRD, presunta izquierda, se haya desvivido en elogios para el gobernador? ¿Estarán de acuerdo quienes votaron por ese partido en vías de extinción? Velázquez, de entrada (como en aquellos ejercicios monárquicos a los que aludió, otra vez, la diputada Robles), en la primera línea de su intervención, dijo: “Gobernador, estoy seguro que (sic) no me equivoco al decirte lo siguiente: ¡Te apoyamos!”. Y luego, sin transición, habló de un “momento de restauración autoritaria”. De pronto pensé: “Ah bueno, una alabanza y una crítica” como suelen hacer muchos políticos, creí que estaba hablando justo de Alfaro con eso de la restauración autoritaria, pero no, se refería al Presidente de México, perdón, Presidente de la República (si vieron el informe identificarán la referencia).

Hubo frases y párrafos sobre todo de Enrique Velázquez y de Mara Robles, justo los dos diputados asociados al Grupo Universidad, específicamente a Raúl Padilla, el licenciado que fue severamente cuestionado y señalado por Enrique Alfaro hace algunos años, que parecía que aludían al Ejecutivo estatal pero no, luego ya quedaba claro, más o menos, que a quien criticaban era a Andrés Manuel López Obrador.

Cómo creerle a Velázquez lo siguiente: “La única forma de hacernos escuchar con credibilidad, es demostrar que en Jalisco somos capaces [...] de defender el equilibrio y la separación de poderes”. Digo, se exige y se opera para que haya contrapesos en el Legislativo federal y está muy bien, los contrapesos son un ideal en toda democracia, pero hablan como si aquí fueran una realidad y es claro que no lo son. Ya he comentado en este espacio no sólo que le aprueban todo al gobernador, sino que le aplauden todo, la mayoría; y Alfaro con eso tiene. Enrique Velázquez... que mejor se pase a Movimiento Ciudadano o al PAN que vienen a ser lo mismo y quizá sentiría que traiciona un poco menos a los ciudadanos que votaron por él, si acaso le importa.


El gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, entrega a la presidenta de la mesa directiva del Congreso del Estado, el II Informe de Gobierno. Fotografía tomada de: El Financiero.


Y Mara Robles... El último párrafo de su intervención es una descripción de esta legislatura en el Congreso de Jalisco y bueno, de ella misma como diputada con el cargo extra de presidenta de la mesa directiva, un ejemplo claro de proyección: “[...] esa frase sobre la subordinación describe a centenares de legisladores en todo el mundo que son criticados porque fueron electos para encarnar el cambio y después sacrificaron su inteligencia por obediencia”. Habló ni más ni menos que del Poder Legislativo de Jalisco con las ya citadas excepciones. Dijo otras barbaridades como eso de que el gobernador tiene espíritu autocrítico ¿dónde por favor? Como lo que dijo el mismo Alfaro que habló de humildad y que va a corregir lo que haya que corregir. Dos años y contando, no hay esperanzas ni albergo expectativas de que lo cumpla. En varios momentos mientras leía su mensaje parecía que estaba peleando con alguien. Un colaborador cercano de él me dijo, hace tiempo: “él es así, iracundo”, como diciendo qué le vamos a hacer. Pues no, no necesitamos a alguien así en Jalisco, de él dependen los destinos de más de ocho millones de personas y no es posible que estemos a merced del humor con el que se levante. Tampoco alguien que no trabaja por lo que tiene que trabajar, es decir, resolver las necesidades de los jaliscienses, si no se equipara con la Ciudad de México o con el Gobierno federal. Tampoco necesitamos eso. Ni que se practique la mentira mil veces repetida hasta que se crea que es verdad ni la simulación ni el lamebotismo de los diputados y las diputadas. Eso no es democrático y sí es autoritario y demagógico, precisamente lo que le cuestionan al Presidente de México.

Toda la rijosidad y esa actitud de echar bronca es de Alfaro, no es reactivo, es agresivo, aunque asegura y reitera que no busca la confrontación; Mara lo secundó. Ni siquiera, en solidaridad con las familias de personas desaparecidas, fueron capaces de hablar del contrainforme ¿y la autocrítica? ¿Y la disposición para corregir?

Un desastre para los jaliscienses el informe de ayer: ni separación de poderes, mucho menos equilibrio, ni autocrítica, ni humildad, ni empatía. Incongruencias a granel y muy malas noticias por todo lo que falta y por las pésimas decisiones que se están tomando; ahí está un botón (de emergencia) de muestra.


Columna publicada en El Informador el sábado 7 de noviembre de 2020.