sábado, 27 de abril de 2019

Reforma educativa


Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

Seguramente no es perfecta, nada lo es, pero la reforma educativa que se aprobó el jueves en la Cámara de Diputados, finalmente, contiene puntos que en anteriores legislaturas habían sido desdeñados, omitidos e incluso cambiados en aras de otro tipo de intereses y cuestiones poco claras a las que nos han tenido acostumbrados los gobiernos autoritarios predominantes en México desde hace décadas.
Por primera vez, como digo, desde que tengo uso de razón periodística, se incluye la mejora de la educación que se imparte en las normales. Claro que es un aspecto para empezar por ahí si la pretensión es la excelencia y el avance ante el rezago añejo que padecemos en esta materia.
Del proceso legislativo falta que la reforma sea analizada y revisada en el Senado sin embargo, vale la pena revisar y tener en mente los principales puntos, también para comprender mejor lo que sea que se discuta en la Cámara alta y, por supuesto, no perder de vista las acciones de la CNTE y del SNTE.
La situación de las normales, todavía, es grave en México. El mismo sistema caracterizado por la compra y herencia de plazas fue restando importancia y valor a la enseñanza de quienes se hacen cargo de la educación de niños y jóvenes en nuestro país. ¿Para qué si tenían la plaza asegurada? Esto cambia con la reforma y, en la medida en que se opere adecuadamente, es de fondo y trascendente. Y al decir normales se está hablando de todas las normales, incluyendo las rurales.
Ahora, ligado a este punto está la asignación de plazas en el sistema educativo nacional. Se ha reiterado en los últimos días y creo que es un asunto para no olvidar con el ánimo de vigilar que se cumpla porque no se puede ceder en esta materia: en primer lugar el proceso integral se va a transparentar. El secretario Esteban Moctezuma dijo: “se va a construir un esquema donde se coloquen en una mesa de cristal las plazas vacantes, las que se ofrecerán, montos, cómo y cuándo se asignaron” y no habrá venta de plazas.
Otro punto es la desaparición del Instituto Nacional de Evaluación Educativa, el INEE, y la creación, en su lugar, del Centro Nacional para la Revalorización del Magisterio y la Mejora Continua de la Educación que operará con autonomía técnica mediante la conformación de un consejo consultivo integrado por académicos y padres de familia. Por cierto, la Unión Nacional de Padres de Familia, una agrupación que no celebra ni está de acuerdo tan fácilmente con decisiones gubernamentales, tradicionalmente, ahora sí estuvo de acuerdo con la reforma entre otras cuestiones por la pluralidad en las propuestas y la conformación de los votos a favor.
Entiendo que con esta medida no se anula la evaluación de los profesores, sino que el proceso se mantiene al margen de otro tipo de intereses y manejos, no será ya una herramienta de control ni de amenazas veladas que pongan en riesgo la estabilidad laboral de docentes contrarios al status quo. Traigo aquí una vez más aquella encuesta de la OCDE donde se dejaba en evidencia el acuerdo generalizado entre los maestros de México, por ser capacitados y evaluados. Y, en este sentido, la reforma educativa incluye los dos aspectos, estratégicos en el camino hacia la excelencia.
Aparte, se aprobó que la educación media superior y superior sean obligatorias al igual que los niveles básicos desde preescolar; y se incluye, en términos constitucionales, la garantía de la equidad para que todos los mexicanos tengan acceso a la educación, de manera que se contempla el apoyo a estudiantes con becas, particularmente en zonas y regiones vulnerables del territorio nacional donde además se implementarán acciones de asistencia alimentaria.
Dos temas más: la democratización del sindicato magisterial (elecciones universales y voto secreto) y la recuperación de materias que habían sido suprimidas o desdeñadas con las reformas y cambios que venimos arrastrando y padeciendo desde los años setenta. Se agregan al plan de estudios, nuevamente, asignaturas como ética y civismo, cultura, lenguas originarias y educación sexual. Y se revisarán y mejorarán los contenidos de otras como historia y geografía, consideradas tan importantes como matemáticas. En esta parte se tomará en cuenta la diversidad y plurietnicidad que caracteriza a nuestro país para ajustar los contenidos región por región.
Por supuesto que hay que esperar a que concluya el proceso legislativo que conlleva una reforma constitucional, pero lo que se logró en la Cámara de Diputados esta semana ya es alentador. Vamos a ver.

Columna publicada en El Informador el sábado 27 de abril de 2019.

Periodismo en crisis


Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

Periodismo en crisis

Este jueves se difundió el informe de Reporteros sin Fronteras (RSF) sobre la situación de la libertad de prensa en el mundo en 2018. Los resultados son negativos. Hay especificaciones por región y por país, pero en términos generales luego de hacer los comparativos pertinentes, las condiciones en las que se ejerce el periodismo han empeorado. Un dato significativo en este sentido es que mientras en 2017, 26 % de los 180 países y territorios presentaba una situación entre “buena y satisfactoria”, en 2018 esa misma calificación cayó dos puntos porcentuales: 24 por ciento.
Los analistas de RSF apuntan que esta descomposición lleva ya varios años en una tendencia a la baja que no se ha logrado revertir. El estudio, disponible en esta página: Reporteros sin Fronteras, concluye una realidad que debe ser atendida por los gobiernos, los medios de comunicación, los periodistas y la sociedad en general, por todos pues: “La Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa que evalúa cada año la situación del periodismo en 180 países y territorios, revela la instauración de una mecánica del miedo muy perjudicial para el ejercicio del periodismo”. Christophe Deloire, secretario general de RSF agregó: “Si el debate político cae de forma encubierta o manifiesta en un ambiente de guerra civil, en el que los periodistas se vuelven víctimas expiatorias, los modelos democráticos corren un gran peligro. [...] Para las mujeres y los hombres de buena voluntad, comprometidos con las libertades adquiridas a lo largo de la historia, es urgente acabar con esta mecánica del miedo”.
Periodistas asesinados, perseguidos, encarcelados, silenciados, amenazados, censurados y autocensurados son reflejo de una descomposición social global que se ha dejado crecer inexplicablemente porque detrás de todas esas acciones contra los periodistas hay corrupción, crimen organizado, autoritarismo, prácticas antidemocráticas e ideologías extremas.
Fuente: Reporteros sin Fronteras
Los periodistas que se desenvuelven en ambientes generalizados de hostilidad son investigadores de casos de corrupción, críticos de los sistemas y estilos de gobierno así como de decisiones gubernamentales.
México subió tres lugares en comparación con 2017, pasó del lugar 147 al 144, pero sigue siendo el país más peligroso para los periodistas en América. Mejoró porque en 2018 se registró un asesinato menos que en 2017 y porque, dice el informe, se han reducido las tensiones a partir del 1 de diciembre del año pasado. Aun así, por la violencia y las agresiones en México a los periodistas, RSF se vio en la necesidad de acudir a la Corte Penal Internacional para manifestarse contra la impunidad en los casos de periodistas asesinados.
La región donde se registraron peores condiciones para el ejercicio del periodismo en el periodo que comento, fue América Latina. Nicaragua, El Salvador, Argentina, Ecuador, Honduras, Bolivia, Guatemala y Venezuela registraron descensos importantes (de tres a 24 lugares) sobre todo por la situación política, de corrupción e inseguridad en sus países. Cuba mejoró ligeramente pero permanece en la peor área de clasificación: “situación muy seria” representada con  color negro. Y mejoró por el avance a través de internet a favor de la libertad de prensa. De todo el continente, sólo Costa Rica y Jamaica aparecen en la clasificación de “buena”; y “satisfactoria”: Canadá, Surinam, Trinidad y Tobado y Uruguay.
El estudio señala que hay “odio” contra los periodistas y expone los casos de Estados Unidos, India y Brasil, donde se han registrado agresiones contra medios y comunicadores críticos de los respectivos gobiernos. En el vecino del Norte, además de las agresiones verbales del presidente Trump, un asesino solitario arremetió contra las instalaciones de un diario y mató a cinco periodistas en Maryland.
En Italia por ejemplo, el ministro del Interior, Matteo Salvini, amenazó con retirar la protección que tiene el periodista Roberto Saviano, autor de Gomorra entre otros libros que exponen las operaciones de la camorra o mafia italiana, porque criticó la política migratoria de su país.
En Argelia y Croacia la nota es el acoso judicial contra los periodistas, lo mismo que en Francia y Malta. En Polonia, periodistas del diario Gazeta Wyborcza podrían ser condenados a la cárcel por haber investigado la participación de un político en un caso polémico de construcción. Dos periodistas fueron detenidos en Bulgaria; ellos investigaban el desvío de fondos europeos.
Esta es la realidad que lejos de componerse o por lo menos permanecer estable, empeora. Urgen acciones desde todos los frentes. El trabajo de los periodistas es necesario en todo el mundo, se trate de regímenes democráticos o no, sobre todo si no, pero los datos para naciones que se dicen democráticas son en verdad alarmantes.

Columna publicada en El Informador el sábado 20 de abril de 2019.

sábado, 13 de abril de 2019

Juicio y reflexión


Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

Es tan vertiginosa la dinámica de la información que se difunde todos los días desde la Presidencia de la República y de otras entidades del Gobierno de México como las Cámaras de Diputados y de Senadores, que nuestra capacidad de reflexión y juicio subsecuente se reduce a su mínima expresión.
Los juicios sobre algún asunto en particular, un programa, una política pública, una decisión, una acción o varias, una contestación o alguna opinión, son prácticamente de generación espontánea tanto a favor como en contra, y se suprime el paso urgente y necesario de la reflexión.
Y ahí vamos, opinando de esto y aquello sin haberle dedicado al tema o a los temas unos minutos escasos, en un trayecto de la casa al trabajo o viceversa, mientras esperamos el semáforo, para tratar de dilucidar a qué obedece todo y qué es lo que están calculando los actores políticos.
Creo que es el caso, como tantos otros, de la reforma laboral que se aprobó esta semana en la Cámara de Diputados y está a la mitad, podríamos decir, del proceso legislativo; esto en primer lugar.
En segundo, el último día de la administración de Enrique Peña Nieto, se difundieron los puntos del acuerdo, al que no se llegó fácilmente, del ahora T-MEC y entre otros, específicamente, el Gobierno de México se comprometió a emprender medidas legislativas para garantizar el reconocimiento efectivo del derecho a la negociación colectiva, según las declaraciones del representante comercial de Estados Unidos en aquellas fechas. Esto se publicó en varios medios y es fácil encontrar las referencias en internet con una búsqueda sencilla.
En tercer lugar, si bien no se revisó el asunto de las empresas de outsourcing, de lo más cuestionado de la mal llamada reforma laboral de Peña y creo que sigue siendo criticable, se atendieron otros aspectos que no necesariamente responden a “presiones” de los demócratas estadounidenses sino a reclamos añejos de la sociedad mexicana que no habían sido abordados porque formaban parte del modus operandi del sistema político mexicano: esta relación perversa entre el gobierno y los sindicatos con líderes que se eternizaban en el poder y acumulaban tal cantidad de privilegios que lo que verdaderamente no les importaba eran los trabajadores que decían representar. Mientras pagaran sus cuotas y pudieran ser utilizados en tiempo de elecciones todo estaba bien, ellos seguían enriqueciéndose y acumulando poder y dinero. Bueno, algunos siguen. La reforma laboral que se aprobó en la Cámara de Diputados contiene disposiciones para acabar con el charrismo sindical y abrir las puertas de la democracia en estas formas de organización laboral. Y si es así, lo que sigue es que los líderes sindicales, ahora sí, se preocupen por el bienestar y las mejores condiciones de trabajo de sus agremiados ¿cuál es el problema? Falta, reitero, que pase por el Senado.
Otra cuestión que se podría derivar de esta reforma es que mejoren los ingresos de los trabajadores mexicanos, uno de los puntos que ha causado gran controversia en las negociaciones entre los representantes de los tres países. No se me olvida el señalamiento de Jerry Dias, el líder sindical canadiense, quien afirmó que el Gobierno de México mantenía deliberadamente en la pobreza a los trabajadores en aras de lograr una mayor productividad, pero una productividad mal entendida.
Es clara la relación entre la aprobación de esta reforma y los compromisos con respecto al T-MEC ¿pero no era esta una inquietud poco antes de que concluyera la anterior administración ante las expectativas de un nuevo gobierno? Hay otros aspectos de la reforma laboral que se acaba de aprobar en la Cámara baja. El proceso legislativo aún no concluye. La invitación es a informarnos mejor, a dejar de lado las opiniones superficiales y desinformadas e involucrarse responsablemente en los asuntos que atañen a la nación en su conjunto y a todos y cada uno de nosotros.
Necesitamos profundizar en nuestros procesos de reflexión y, con base en ellos, emitir juicios más acertados, no sólo para juzgar y ya, sino para actuar, participar, abrir la boca ante quienes pueden y deben tomar decisiones en materia política, quienes nos representan, específicamente.

Columna publicada en El Informador el sábado 13 de abril de 2019.

Extremos


Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

#MeToo es un movimiento que ha cundido en el mundo (más de 85 países); surgió a raíz de las acusaciones de abuso sexual contra el productor cinematográfico Harvey Weinstein en Estados Unidos y se ha extendido a otros ámbitos dependiendo de las dinámicas del movimiento en cada ciudad, estado o nación (academia y política sobre todo).
México no ha quedado al margen y en esta semana, a raíz del suicidio de Armando Vega-Gil, músico integrante del grupo Botellita de Jerez, por una acusación anónima de supuesto abuso sexual contra una menor, se desató la polémica y la discusión en torno a un asunto tan  delicado y complejo que es difícil abordarlo buscando una justa medida, un equilibrio en los juicios e intentar la mejor solución posible a una iniciativa que si tiene el propósito de combatir abuso, acoso, agresiones sexuales y, en general, la misoginia, vale la pena que siga adelante; es necesario que continúe como herramienta de “denuncia y verdad” como lo describió la periodista Blanche Petrich.
Sin embargo (con todo y que quizá es muy pronto para avizorar un escenario de corto plazo respecto al futuro del movimiento), por las opiniones vertidas por afectados y defensores, por activistas y promotores, siento que estamos frente a un diálogo de sordos en el que todos creen tener la razón y pelean por eso sin el más leve signo o noticia de un posible acuerdo, de una iniciativa para sentarse a la mesa y discutir la herramienta para mejorarla y no para desaparecerla.
Por una denuncia anónima alguien se quitó la vida, con la certeza, según su carta, de que no tenía futuro y que si intentaba una defensa sería contraproducente, como un pantano de arenas movedizas.
¿Por qué se tiene que llegar a estos extremos? ¿No seremos capaces como sociedad de encontrar los caminos del diálogo y la discusión inteligente sin juicios ni linchamientos mediáticos? La realidad de abusos sexuales y conductas misóginas es un hecho, la urgencia de combatirla con todas las herramientas posibles también; en contraposición, por la vía del anonimato se corren riesgos graves, como ya hemos visto, extremosos, de injusticias y falsas acusaciones motivadas por “venganzas y resentimientos” según apuntó esta semana otra mujer, Marta Lamas, feminista, antropóloga y autora del libro Acoso ¿denuncia legítima o victimización?
La polarización va en aumento y el uso y mal uso de las redes sociales contribuye a ello. Hay expresiones verdaderamente violentas y desafortunadas que no contribuyen en nada en la búsqueda de salidas constructivas y positivas para todos. #MeToo es una herramienta que llegó a ese nivel precisamente por su efectividad. Hoy, por el mal uso y los extremos, está en veremos su permanencia. Si no se rectifica y se ajusta, dejará de ser una herramienta confiable y útil para propósito tan trascendente.
La estridencia no deja escuchar y en este caso es global. Se tendría que discutir, sin que fuera diálogo de sordos, si las denuncias pueden ser anónimas o no; y si sí, definir algo así como reglas de operación para garantizar que no se criminalice a inocentes y también, que las denuncias honestas y reales, tengan repercusiones e incidan en una modificación de la cultura machista y misógina. Se tendría que valorar si será necesario revisar muy bien antes de hacer público un nombre, que efectivamente tal persona incurrió en los abusos que se le atribuyen.
Tanto Blanche Petrich como Marta Lamas han hecho públicas sus consideraciones sobre el tema, aun a sabiendas de que corrían el riesgo de ser ellas también objeto de linchamiento público; por fortuna no ha sido así y creo que son voces dignas de tomar en cuenta porque apelan justo a no transitar en los extremos; a lograr que #MeToo funcione, sirva y conduzca a que logremos una mejor convivencia social hombres y mujeres. No lo dijo exactamente de esa manera, pero la conclusión de Petrich, como lo he remarcado varias veces en este espacio desde hace tiempo, es que nos necesitamos juntos. La periodista cerró su texto así: “Me siento a la orilla del camino esperando que pase otro movimiento feminista; que sea limpio, crítico y autocrítico, inteligente, no revanchista. Que recoja todos los gritos de quienes queremos que todas las mujeres tengan una vida libre del abuso, la violencia, las ofensas, los agravios y cadenas del machismo, el patriarcado y la misoginia; una vida llena de amigos, novios, compañeros y amantes para vivir la vida. Y en ese desfile quiero ver también a muchos hombres, a mis amigos, mis compañeros, luchando junto con nosotras. Estoy segura que de otra manera no se va a poder”. Coincido.

Columna publicada en El Informador el sábado 6 de abril de 2019.