domingo, 27 de mayo de 2012

Viene la ilusión y lo cambia todo


Nélida Piñon: "Viene la ilusión y lo cambia todo" Diciembre.2001
Fuente: http://veneno.com/2001/v-56/cast-56.html
Laura Castro Golarte*

La ilusión es creer simplemente que el mundo puede ser distinto, que cada cual es capaz de cambiarlo desde su realidad. Es imagen y esperanza, deseo ferviente, propósito, determinación. No es evasión, si acaso, vida, otra vida.

"El espectáculo de la ilusión es un verdadero espectáculo que habría que aplaudir, la ilusión no es algo que tenga que ser descartado, es casi una conquista política, es la quimera, es un acto que trata de modificar un mundo que aparentemente se quiere hecho para los poderosos, (pero) la ilusión viene y cambia todo".

Es Nélida Piñón. En la Cátedra Julio Cortázar, una de las pocas mujeres invitadas a esta tribuna, dijo que la ilusión es un pilar de la narrativa, implica confianza: "Si uno no cree en lo que está leyendo no se establece el vínculo entre el productor del arte y aquel a quien el arte se destina".

Por eso, la primera mujer en el mundo en ocupar la presidencia de una institución como la Academia Brasileña de las Letras, el organismo cultural más importante de su país, dice: "Necesito que usted (dirigiéndose al lector) suspenda por momentos su descreencia; con descreencia no lograré convencerlo. El comportamiento de los personajes hacia la ilusión, como incluso lo hago de una manera radical en La dulce canción de Caetena, a partir del momento en que los personajes se dan cuenta que van a vivir una situación contraria a las leyes del cotidiano -el cotidiano puede ser la cárcel- a partir de ese momento, todos los personajes pasan a comportarse de una manera distinta, porque la ilusión, además de ser una ilusión, puede crear un mundo concreto distinto al tuyo. La ilusión de alguna manera tiene una dimensión moral, te hace creer que tú eres capaz de cambiar al mundo, porque la ilusión te hace creer que eres una persona distinta, de aquel estado que la realidad te impone: limitaciones, miseria, las humillaciones sociales…"

Pero entonces viene la ilusión y lo cambia todo.

La dulce canción de Nélida

En la cátedra, la escritora brasileña nos condujo de los primeros ilusionistas griegos al mundo creado por Caetana, a la realidad de la ilusión, a la ilusión de la realidad, truncada sólo por la realidad real de la crueldad que todos llevamos dentro, esa "salvajería" que convive con las mariposas y los "algodoncitos" que nos integran como seres humanos.

Habló del duelo entre los pintores Pharrasios y Zeuxis. Al narrar la anécdota de los artistas, dijo que Zeuxis "con gesto generoso pero distraído, intentó apartar un ropaje que, puesto al lado de la pintura del colega, perjudicaba a su juicio la visión de conjunto de la obra. Y en ese justo instante advirtió su derrota. La ropa, que había creído vecina a la pintura, hacía en verdad parte de ella, no pasando de ser una extraordinaria simulación".

Y cuando se perfilaba hacia la conclusión, Nélida leyó: "Finalmente, esCaetana quien subsidia la propia narración. Y nos hace creer que "La fachada del Iris, que daba hacia un terreno baldío, sería adornada con los paneles de Venieris. Ante ellos, el observador creería en el realismo del mundo de las ilusiones, a pesar de la brisa que casualmente moviera las telas".

La escritora, a la que le resulta difícil imaginar que tiene menos de 500 años, habló del ilusionismo cuando empezaba, cuando era un arte "… en construcción, no descalificaba o simplificaba lo real. Pero, de índole ilusoria, el chiaroscuro realzaba los sentimientos, eludía los fiascos de lo cotidiano, de la simulación de la realidad, siempre enigmática. Arrastraba en su esencia una avasalladora fantasía".

Entró más tarde al campo de la narrativa, su campo, para decir que no huye de los postulados ilusorios: "En todas sus instancias convive fundamentalmente con la esperanza de la ilusión. Esto es, con la capacidad narrativa de absorber y aceptar las ilusiones venidas del mundo de los sentimientos, como premisa básica para la existencia de la obra de arte.

"La vida novelesca, por lo tanto, tiene como pilar la ilusión. En su curso se aplican variados recursos estéticos pertinentes al arte de fingir, de forjar un mundo fuera de sí mismo".

Es aquí cuando introduce de plano La dulce canción de Caetana, una reseña de su obra, esa novela en la que despierta en personajes y lectores la ilusión de la ilusión primero y, más tarde, "la ilusión de la felicidad". Como ella mismo lo dijo, en La dulce canción de Caetana lleva al extremo el comportamiento de los personajes hacia a la ilusión y no importa que lobo, que culebra humana (Dodó) haya intentado acabar con eso, el observador creerá en el realismo del mundo de las ilusiones, a pesar de la brisa que casualmente mueve las telas.

Lengua, cultura y autoestima

La ilusión no impide a la doctora Nélida la conexión con la realidad y mostrarse abierta a las contradicciones culturales. Defensora de la lengua portuguesa se confiesa enamorada de su idioma: "veo en él, además de un instrumento de comunicación, de registro literario, de elemento de unificación del país, lo veo sobre todo como una materia de representación. Un legado irrenunciable de nuestra manera de ser. Soy una defensora del idioma, lucho por él y además doy prueba de un profundo y renovado enamoramiento".

No olvida, y pronto lo publicará junto con una serie de discursos que ha pronunciado en diferentes foros internacionales, el que dijo el 20 de julio de 1997 en la gran ceremonia del primer centenario de la Academia Brasileña de las Letras, porque sus palabras fueron, sobre todo, un himno al idioma.

Como cualquier lengua, el portugués está vivo, pero esto no deja de preocuparla. Está vivo, claro, pero "hubo una degradación educacional, una devaluación del idioma y de su importancia en el cotidiano de cada persona. Yo veo América Latina en general y lo que circula es una falsa modernidad, como que si para abrazar principios contemporáneos tuvieran que renunciar a aspectos vitales de su cultura. Yo estoy en contra de quemar los barcos como Hernán Cortés, pero me fascina la impregnación cultural, las contracciones culturales, pero hay que tener conciencia de quiénes y cómo somos".

"Hay un proceso en movimiento en ese sentido, porque hay una descapitalización del idioma, hay un empobrecimiento del léxico, es como si la gente perteneciera a una tribu y cada cual creara sus propias expresiones. Me encantan los slangs (caló) pero como un añadido, como un colorido al idioma, no como sustituto. El slang está muy bien, porque el idioma no está petrificado, se mueve: salimos del latín, pasamos por las lenguas romances y aquí estamos, pero hay una espina dorsal del idioma que hay que conocer (y proteger) porque si no, no nos entenderemos, tendríamos en un solo país muchos idiomas parias".

Entonces habla de México, de su fuerza. Este país, dice, con una gran vocación estética, con esa práctica de la cortesía, no se avergüenza de su cultura. "México me enriquece, me da suerte", pero ella está dispuesta a la integración, no a la conversión.

El problema de muchos países en América Latina es la falta de autoestima, eso los vuelve vulnerables "tiene vergüenza de ser quien es, tiene vergüenza de adornarse con su cultura, porque pasa a ser una cultura de devaluación… El folklore cada vez está más devaluado, es como si el folklore pasó a ser expresión de los pobres, de los miserables y elegante es celebrar lo que Nueva York impone".

Para Nélida Piñón, ganadora del Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo en 1995, esto se revertirá, porque la civilización está en constante cambio, en movimiento siempre, nada es permanente. Y siempre, la ilusión llega y lo cambia todo.

"Somos seres ambiguos"

A la pregunta de si era optimista, la autora de La República de los sueñosafirma: "Yo soy alguien que estoy muy cerca de la realidad, no tengo ilusiones en relación con nuestra salvajería interior, a nuestra crueldad, a todo lo que somos, tenemos lobos interiores, culebras, pero también tenemos mariposas, también tenemos Mozart, somos personas que tenemos que hacer un esfuerzo cotidiano, a cada hora, para hacernos un planteamiento ético y ser solidarios. Creo que es posible hacer ese esfuerzo y la civilización siempre se caracterizó por esto, hay momentos en que mejoramos y después hay una involución pero creo que hoy, algo que me parece revolucionario en el mundo son los derechos humanos, el concepto de los derechos humanos, con muchas imperfecciones, implanta modelos nuevos de conducta en la humanidad, aunque no se aplica en todos los países, pero yo creo que a partir mismo de ese septiembre negro, mucha gente está reconsiderando sus posiciones y hay que pensar que las cosas ocurren por cuenta de humillaciones históricas tremendas y que no podemos seguir viviendo en medio de los ofendidos y los humillados.

"Cada vez que se implanta un grano de conciencia nueva, equivale a que millones de personas abracen esta nueva conciencia y se comporten con base en ella, pero a la vez también sabemos que la cultura no garantiza la dignidad ni la justicia. Ustedes pueden ver Alemania, una comunidad del más alto nivel cultural, y aceptó una de las más crueles ideologías que dio lugar al holocausto. Estamos todos propensos a la barbarie, pero hacemos un esfuerzo para consolidar la civilización. Somos ambiguos, somos seres repartidos en múltiples sentimientos, tenemos el lobo, la culebra y algodoncitos, somos galantes, hemos implantado normas civilizatorias, el amor es muy importante, el amor filial, el amor que exista, todo es algo que de alguna manera conforta a la dignidad.

"La manera de expresar el amor ha perdido terreno en el mundo, y se puede decir que hubo una euforia por la devaluación del amor, como si el amor fuera cursi, pero los movimientos románticos, a la vez vivimos siempre de las situaciones radicales y terminales, el nacimiento, el fracaso, la ilusión, la muerte. Mientras uno es muy jóvenes puede que uno se enfrente a un mundo con alegría, con desprendimiento, con la desvalorización de ciertas normas que es natural. Cada año que un individuo gana significa un cambio en su vida, en su manera de interpretar, de hacer la lectura del mundo, es muy difícil analizar el universo en el cual estamos, somos seres enigmáticos, misteriosos y ambiguos, pero somos seres que necesitamos de la ley, de normas, de reglas, de instrucciones y sobre todo necesitamos de un régimen democrático. Eso es fundamental para convivir bajo normas mínimas de armonía social".

Sin embargo, reconoce que la democracia no ha sido suficiente para acabar con la pobreza en nuestros países, "eso sí" y enseguida justifica: "la democracia en nuestros países es muy reciente… estuvieron inmersos en dictaduras, en las que se plantaba la estabilidad social en la desvalorización del individuo, no se podía expresar. La democracia no es un régimen perfecto, porque no somos perfectos, necesita correcciones y sobre todo una larga, larga práctica, sólo así podremos aprender a convivir bajo la tutela de la democracia.
"Somos recién nacidos en eso, de ahí la injusticia social agónica en nuestros países. Y por tanto tenemos élites indiferentes, incapaces de entender que los está cercando un gran volcán, incapaces de ver los peligros que acechan sus intereses", incapaces de acercarse a la realidad, la facultad de la ilusión atrofiada… cuando la ilusión viene y lo cambia todo, frente a ellos no se detiene.
* Periodista mexicana.

Jóvenes... otra vez


Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

Me parece tan alentador el movimiento juvenil que se está dando en México que no puedo sino volver a él por varias cosas: porque lo reconozco como auténtico; porque la verdadera esencia de este fenómeno sigue saliendo a flote pese a los intentos por sumergirlo y, en este contexto y sobre todo, porque en contraste con las manifestaciones espontáneas que dan cuenta de la realidad de los estudiantes y los jóvenes de todos los estratos sociales, con y sin oportunidades, hay expresiones y estrategias para descalificarlos y no es justo.
Para impedir que la movilización de jóvenes en México se tergiverse, es preciso recordar que todo inició en la Ibero a raíz de la presencia del candidato del PRI a la Presidencia de la República quien ya les había cancelado en anteriores ocasiones; que la Universidad Iberoamericana –como aquí el ITESO— es una universidad jesuita y la formación jesuita es revolucionaria por naturaleza.
Es importante tener presente que la primera manifestación de jóvenes (que no fue multitudinaria y sí muy respetuosa de los derechos de los demás), respondió sobre todo a que en varios medios de comunicación no se dio cuenta de manera precisa y veraz de lo que había pasado realmente en la Ibero; ni en algunos medios ni en el spot que inmediatamente después difundió el equipo de campaña de EPN en donde incluso se utilizó a miembros de su equipo que se hicieron pasar por estudiantes de la multicitada universidad, en un “error” que fue reconocido más tarde por el PRI.
Que detrás de los jóvenes no hay nadie más que el hambre de saber, de alzar la voz y hacerse escuchar, de gritar como no habían hecho antes, la desesperación que produce el ser ignorados, minimizados, soslayados, disminuidos y ahora, hasta con esa, descalificados y mal interpretados.
Porque ahora se quiere difundir, con tal intensidad para que se crea, que AMLO y su equipo los están manipulando cuando ellos mismos, y seguramente por la mala información que se ha extendido como reguero en redes sociales y en los mismos medios cuestionados, han emitido un código de ética en donde aseguran que no apoyan a ningún partido ni candidato, y que el movimiento, ahora conocido como #Soy132, es pacífico y no caerá en provocaciones con recomendaciones a los mismos muchachos que se han sumado a lo largo y ancho del país.
Confío en que esta muestra de la fuerza de los mexicanos a través de sus jóvenes, que además de todo son mayoría, continúe y crezca y se defienda –sabe hacerlo— de los embates por disminuirla o por usarla; creo que ya no se podrá y me alegra. Ellos son los primeros en demostrar ahora que los habitantes de este maravilloso país no somos menores de edad. Y a los que no somos tan jóvenes, nos toca estar atentos, informados, impedir los atentados contra la libertad, protegernos de la manipulación y, especialmente, estar con ellos.

Artículo publicado el sábado 26 de mayo en El Informador.

viernes, 25 de mayo de 2012

132



Algo se mueve y es como un temblor
Trepida, salta, baila, brinca, canta, lee

Trepida

Trepida

Crece, avanza
Nueve grados en la escala de Richter
Gradual, sostenido, intenso
Los damnificados serán otros
Los que no escuchan
Los que se burlan
Los que no entienden
Los brutos…
Los burdos
Los falsos

Algo se mueve y no para
Camina y se alza sobre las ruinas
Sobre los escombros ancianos
La basura añeja
Los fósiles
Los restos de años
Somos 132 y ¡somos tantos!
¡Desde hace siglos!
El silencio que estalla
Las voces que truenan
Las manos que claman… que muestran, que alcanzan
Sostienen
Escriben
Las miradas que encuentran
Los pasos que siguen

Algo se mueve
El piso se rompe, se agrieta
Las raíces guían
Resurgen
Alimentan
Conducen
Dan fuerza

Algo se mueve y es grande
Gigantesco
Descomunal
Incalculable
Hermoso
Esperado

Es México
Son 131
Somos 132
Somos los que somos
Los que estamos
Los que queremos
Los que creemos
Los que esperamos
Los que hacemos
Los que cantamos
Los que bailamos
Los que estudiamos
Los que escribimos
Los que luchamos
Los que vivimos
Los que sobrevivimos
Los que añoramos
Los que gritamos
Los que marchamos
Los que hablamos
Los que exigimos
Los que hemos muerto
Y renacido

Los que… nos movemos
Y trepidamos


martes, 22 de mayo de 2012

Semilla


Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

Creo que es apenas la semilla, pero semilla, y cayó en suelo fértil y está siendo regada y cuidada, sin que nadie se lo proponga, para que crezca, dé sombra y frutos. Son los jóvenes y sus manifestaciones, su indignación, su hartazgo, su amor por México, su deseo de que las cosas cambien de verdad.
Son los jóvenes que están atrayendo como imán a niños y adultos a un movimiento gestado aquí y allá, pero sobre todo en las universidades, a través de las redes sociales y en la calle. Es la simiente de un fenómeno que ya muchos se atreven a calificar, y me sumo, como el 11-M porque esto nació el 11 de mayo con el ya famoso video “Somos 131”.
Son los jóvenes que, activos y cada vez más, como muchos otros, se saben no representados por la clase política y además de todo, tergiversados, minimizados, ninguneados, descalificados, juzgados y acusados.
Son los jóvenes que alzan la voz y expresan con toda su energía, frescura, rebeldía y pasión: “Aquí estamos” y “Yo soy 132” por hablar de todos, por incluirnos a los que estamos de mil maneras y a los que no están, pero se agregarán, estoy segura.
Es el inicio de la ruptura del silencio, de los brazos cruzados, de los ojos cerrados. Marcharon ayer en la Ciudad de México y en otros puntos del país para decir que no son lo que se dice en varios medios de comunicación desde donde se les vilipendia o se les señala de “traviesos”; y para decir, para gritar que han sido mal contados.
Marcharon ayer y lo harán nuevamente el 23 de mayo y no creo que nadie los pare, tienen formas y caminos, cauces y recursos, inteligencia, valentía y conciencia.
Antes de esto, otras manifestaciones se han dado en México de manera paralela y quizá hasta anterior a movimientos internacionales de indignados y de ciudadanos, pero nunca como ahora, no con tanta participación juvenil y especialmente de estudiantes, de los que votarán por primera vez o de los que ya lo hicieron pero no están contentos, y avizoran un futuro incierto.
Sin distingos económicos, muchachos de todas las universidades se han organizado a través de las redes sociales para pararse de frente al poder y con su voz detener las cadenas de abusos, de negligencia, de manipulación, de mentiras, de corrupción.
José Narro Robles, rector de la UNAM, lo dijo el jueves: “Yo prefiero ver a un joven protestando que a un joven con desesperanza; yo prefiero ver a un joven que se expresa, manifiesta, incluso rompiendo cánones y reglas…”.
Coincido. Y son muchos, son la mayor parte de este país de jóvenes que hasta ahora no ha sido para ellos, para quienes dentro de pocos años llevarán las riendas, los que claman honestidad y paz y seguridad.
Son la semilla nueva y la tierra, son el agua y el sol.

Artículo publicado en El Informador el sábado 19 de mayo de 2012.

martes, 15 de mayo de 2012

Crónicas de ayer


Jóvenes estudiantes… los destinatarios de la Cátedra

Laura Castro Golarte

* García Márquez y Carlos Fuentes arrancaron ovaciones
* Si es por América Latina, tenía que ser Julio Cortázar
* Invitados: Manuel Álvarez Bravo, José Luis Cuevas y Sergio de Castro

Ni en las sesiones más polémicas del Consejo General Universitario en la Universidad de Guadalajara, el Paraninfo Enrique Díaz de León había estado tan lleno como el jueves pasado durante la inauguración de la Cátedra Julio Cortázar.
Intelectuales, estudiantes, alguno que otro snob, funcionarios, empresarios y reporteros, nos dimos cita ahí para ver y escuchar a Carlos Fuentes y a Gabriel García Márquez (aunque éste al final de cuentas no habló), porque reuniones de esta naturaleza no se dan todos los días, y menos en Guadalajara que, con todo y que es una gran ciudad, sufre todavía los efectos del centralismo.
La intervención de Carlos Fuentes fue magistral. Fue una semblanza de Julio Cortázar, pero no cualquier semblanza; fue algo diferente, tal vez porque estuvo basada en su relación personal como amigos y escritores, prácticamente de la misma generación.
Fuentes habló desde el momento mismo en que lo conoció (que fue sin conocerlo) y después cuando se vieron en París y el escritor mexicano creyó que quien lo recibía era hijo de Cortázar y no el mismo Cortázar: “pibe ¿está tu papá?” y entonces el pibe contestó: “soy yo”.
La ceremonia de inauguración de la Cátedra empezó a tiempo y antes de cualquier cosa: presentaciones o discursos, el público empezó a aplaudir con estridencia y los dos escritores: Premio Príncipe de Asturias y Nobel de Literatura, un poco sorprendidos, no atinaron más que a alzar los brazos y agradecer el reconocimiento a su trabajo literario e intelectual de los más destacados de América Latina y el mundo.
Dos hombres que no sólo se han dedicado a cosechar glorias, sino que trabajan todos los días, sujetos a una disciplina férrea que, por si fuera poco, les permite ejercer influencia en otros ámbitos de la vida política, social y hasta económica de varios países.
Famosas son las declaraciones de tipo político de Carlos Fuentes. El mismo jueves hablaba de acelerar la agenda democrática en México y deseaba que este sexenio terminara bien; García Márquez, por su parte, preocupado también por cuestiones políticas que atañen a su país, se interesa en la actualización de periodistas que ya son buenos, pero pueden ser mejores con la preparación adecuada. Después de la presentación que hizo el rector general de la Universidad de Guadalajara y miembro del Comité Técnico de la Cátedra, Raúl Padilla López, hizo uso del micrófono Carlos Fuentes, acostumbrado a hablar en público y, por eso mismo, objeto de una “mala jugada” años ha, que perpetraron “Gabo” (García Márquez) y el mismo Julio Cortázar: “Che Carlos, a ti no te cuesta hablar en público, hacelo por Latinoamérica” y mientras ellos dos se divertían con Milán Kundera, Fuentes peroraba ante una multitud de obreros metalúrgicos del otro lado de la que era la Cortina de Hierro.
Lo conoció antes de conocerlo porque colaboró en una revista que hacía con varios intelectuales y escritores, entre ellos uno de Jalisco: Emanuel Carballo, en donde también, por cierto, participó García Márquez con “Monólogo de Isabel viendo llover en Macondo”.
En aquellos años, Fuentes tuvo la oportunidad de leer un manuscrito de Cortázar, que sin embargo nunca publicó y era la descripción del cadáver de una mujer, enterrado con todos los honores en la Av. 9 de Julio de Buenos Aires y desde donde, en ondas concéntricas, despedía peste y misterio.
Cortázar, dijo el autor de “La muerte de Artemio Cruz”, se reservó un poco de misterio para él mismo y, reflexionó: “cuántas páginas magistrales se reservó para él mismo, cuántas rompió, cuántas quemó…” cuántas que nunca leeremos.
Lo recordó también cuando después de haber presentado su primera novela “La región más transparente”, recibió una carta de felicitación de Cortázar, hablándole todavía “de usted” y con el que ansiaba “romper el turrón”.
Carlos Fuentes hizo gala de su poder de descripción. Se pulió en la del escritor argentino cuando al fin lo conoció en persona en París, junto a una mujer diminuta y eficiente: Aurora Bernárdez y después de subir escaleras bajando. “Verlo por primera vez fue una sorpresa”. Creyó que era un muchacho de 20 años, su hijo sin duda. Fue en 1960, y lo que más llamó la atención de Fuentes, fueron sus ojos, largos, los más largos que haya visto nunca quizá; con una mirada de gato sagrado desesperado por ver… y es que su mirada era muy grande; tenía que ser así para que pudiera abarcar la realidad que él veía.
Fueron amigos y nació entre ellos un gran respeto, resultado sin duda de sus diferencias, principalmente en lo político; pero estaba bien, eso fue en gran medida lo que dio fortaleza a su relación.
Fuentes lo llamó alguna vez “el Bolívar de la novela latinoamericana” y se refirió a una, Rayuela, en donde expuso miserias y grandezas, deudas y oportunidades… no ausentes de humor, porque Cortázar es impensable sin ese elemento.
Cuando Cortázar murió, dijo Fuentes para terminar, “una parte de nuestro espejo se quebró y todos vimos la noche bocarriba” aunque tal vez, como dijera entonces García Márquez a raíz de la muerte del escritor: “Seguramente no es más que una exageración de los periódicos”, porque en realidad Cortázar “está aquí en Guadalajara, invisible sólo para los que no tienen fe en los cronopios”.

Crónica publicada en El Informador el viernes 14 de octubre de 1994.

Crónicas de ayer


Como ciudadanos debemos acelerar
la agenda democrática en México: CF

Laura Castro Golarte

Como ciudadanos, como partidos, como asociaciones y organizaciones civiles, los mexicanos debemos acelerar la agenda democrática en nuestro país y pugnar porque se  detengan los hechos violentos y lamentables de los últimos meses.
Y sobre la discriminación racial en California en perjuicio de los mexicanos, desde aquí se pueden hacer boicots e iniciativas de “brazos caídos” de los trabajadores mexicanos en Estados Unidos, para detener estas acciones cuyo único móvil es electoral pero que nos afecta a todos.
Carlos Fuentes, uno de los más destacados intelectuales mexicanos, dejó de manifiesto lo anterior ayer durante una entrevista, luego de la inauguración de la Casa Julio Cortázar, que albergará a quienes participen en la Cátedra del mismo nombre que también empezó ayer en el marco de los festejos por un aniversario más de la Universidad de Guadalajara.
De hecho, tanto Carlos Fuentes como Gabriel García Márquez, presente también en ambas inauguraciones, son en realidad los auspiciadores de la cátedra, ya que ellos aportaron la cantidad para el financiamiento que es de 216 mil nuevos pesos (alrededor de 70 mil dólares).
La Casa Julio Cortázar está en Lerdo de Tejada No. 2121 y por lo pronto el primer huésped será Carlos Fuentes, quien manifestó su agrado por la decoración y dijo preferirla al hotel: “Los del comité técnico ¿no nos podemos quedar aquí?”.
Luego del recorrido por las instalaciones de la casa, cuyo proyecto es del ingeniero Miguel Aldana Mijares, de estilo señorial ubicada en una de las colonias de mayor tradición en esta ciudad, entre todos los reporteros, entre el escaso espacio que los guardaespaldas de los invitados dejaban libre, también tuvimos la oportunidad de entrevistar a Gabriel García Márquez, el escritor colombiano, Premio Nobel de Literatura, quien leyera aquí en Guadalajara, el año pasado, dos capítulos inéditos de su más reciente novela “Del amor y otros demonios”.
Dijo que lo primero que va a enseñar en los talleres de Periodismo que hace unos cuantos días inauguró en Cartagena de Indias, es cómo terminar una entrevista, género que, por cierto, y lo señaló abiertamente, no es de su agrado… “yo no creo en la entrevista”.
Con todo y eso habló un poco y dijo que es preciso actualizar a los periodistas que se han quedado rezagados en su preparación, con relación al avance tecnológico de los periódicos. Indicó que muchos periodistas todavía trabajan como si los periódicos se hicieran en imprentas; además de que con el surgimiento de las carreras de Ciencias de la Comunicación, hasta el nombre de Periodismo se perdió.
Canoso y con el pelo más ensortijado que hace casi un año (por lo menos así me lo pareció), a la pregunta de ¿ya está escribiendo otra novela? García Márquez respondió que lo  primero que enseñará en los talleres de Periodismo será cómo terminar una entrevista.
Carlos Fuentes no se mostró tan renuente a la entrevista, sin embargo, traían una especie de directores o apuntadores que les decían cuándo era suficiente y: “no más preguntas”.
Carlos Fuentes sí habló de su próxima producción. Se trata de una trilogía en la que abordará el tema latinoamericano pero contemporáneo. El primer título es “Diana”, un pasaje que tiene su escenario en México; el segundo es “Aquiles” y se desarrolla en Colombia y el tercero, “Prometeo”, en Chile.
Sobre la cátedra, el autor de “Cien años de soledad” dijo que se llama Julio Cortázar porque fue un gran amigo tanto de él como de Fuentes, independientemente de su calidad como escritor.
La idea de la cátedra es avanzar en estudios sobre América Latina, la región de la que García Márquez forma parte ineluctablemente, tanto, que al preguntarle de un homenaje a Julio Cortázar en Francia, dijo no saber nada, que él es latinoamericano.

Nota publicada (fragmento) en El Informador el 13 de octubre de 1994 (corregida).

sábado, 12 de mayo de 2012

¡Qué vivan los estudiantes!


Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

Aunque los candidatos a diferentes puestos de elección popular en procesos anteriores por lo general van a las universidades públicas y privadas a dizque presentar propuestas, dialogar y escuchar a los jóvenes, nunca como ahora he notado un especial activismo en los muchachos de todas las carreras, de instituciones de educación superior del Estado y privadas laicas e incluso católicas.
Y las experiencias de este proceso electoral, y me quiero referir exclusivamente al presidencial, aunque hay varios ejemplos locales, se pueden ver y comprobar en las redes sociales vía videos y fotografías así como testimoniales de asistentes a diversos actos con diferentes candidatos en varias partes de la República.
Los jóvenes son, muchas veces, descalificados y vilipendiados por la clase política, amén de la falta de programas específicos y con el enorme peso de la población juvenil que no estudia y no trabaja, no tanto porque ni quiera, sino porque no hay suficientes oportunidades ni en calidad ni en cantidad.
Apenas ayer, el candidato de PRI a la Presidencia de la República, Enrique Peña Nieto, tuvo una experiencia por demás desagradable con estudiantes de la Universidad Iberoamericana en la Ciudad de México. El tema se convirtió en trending topic ¡mundial! y se expresaron puntos de vista a favor y en contra. Y si bien no hay datos (espero que los haya) mi impresión es que las manifestaciones en redes sociales fueron más a favor de los estudiantes de la Ibero que del candidato.
En mi caso, más allá de estar a favor o en contra, creo que la reacción de los jóvenes en la Ibero y otras que se dieron por ejemplo (con gente de todas las generaciones) en el Zócalo capitalino durante el concierto de Paul McCartney, de rechazo a Peña Nieto; más algunas ya documentadas como la del candidato del PANAL, Gabriel Quadri, en la Escuela de Periodismo “Carlos Septién”, son sintomáticas de lo que está sucediendo con la juventud en México, lo que piensa, lo que siente, lo que no quiere y lo que sí quiere para el país.
Me parece que son expresiones que no se deben subestimar, menospreciar, soslayar y mucho menos descalificar; que la clase política, en lugar de criticar y exigir “que se investigue y se dé con los responsables” debería tomarlas en serio más que nunca. Y si les parecen excesivas, por algo será y, reitero, la clase política no puede ni debe simplemente ignorarlas.
Este país es de jóvenes, son la mayoría, y los estudiantes son los que están por integrarse a la vida laboral (en la productiva ya están), son mexicanos con la mente fresca y activa, pensantes, rebeldes por naturaleza, lectores y observadores ávidos de la realidad nacional y evidentemente preocupados por el destino de México.
Celebro estas manifestaciones, el activismo y la participación de jóvenes en general y especialmente estudiantes universitarios. Es alentador. Sí ¡Qué vivan los estudiantes!

Artículo publicado en El Informador el sábado 12 de mayo de 2012

sábado, 5 de mayo de 2012

Inopia


Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

Aunque se le quiera achacar a la sociedad, esta inacción en los gobiernos de todos los órdenes en nuestro país, es por obra y gracia de los partidos políticos. Como tienen la idea de que los mexicanos somos inmaduros e influenciables, han dispuesto una serie de candados y restricciones para que dizque no se intente manipular a través de obras y aplicación de programas de gobierno durante  procesos electorales.

Esta veda electoral en la que por disposición del IFE (apegados a derecho como deben con base en las leyes aprobadas por los legisladores representantes de partidos políticos) no se puede informar absolutamente de nada (hasta se tardan para emitir alguna comunicación incluso si se trata de casos de emergencia) está sirviendo de pretexto para que efectivamente no se haga nada o se trabaje al mínimo, al cabo que de todas maneras “no se puede” informar… Ahora sí muy respetuosos de la ley.

La cosa es que esta situación de inacción o cuasi parálisis es un continuum porque resulta que, por un lado, siempre hay intereses electorales de por medio y, por otro, la desbandada de “servidores públicos” de todos los niveles para contender por otro cargo de elección popular está a la orden del día.

Quisiera saber si en cuanto pasen las elecciones y ya no exista el “riesgo” de que se ejerza influencia sobre los votantes, los alcaldes, gobernadores y el mismo Presidente de la República van a informar sobre lo que hicieron, las decisiones que tomaron y las acciones que emprendieron durante estos meses de campaña; y la verdad es que no necesitarían informar… se notaría su trabajo.

No es justo para nadie en este país que las actividades que se emprenden desde el gobierno y por lo que pagamos, se reduzcan al mínimo por una reglamentación impuesta por los mismos partidos políticos. Las afectaciones son económicas y sociales fundamentalmente y el país, con los rezagos que enfrenta, no está para soportar estas lagunas.

Todo se concentra en las campañas electorales, en los que dizque debates, en los spots, en los gastos de campaña y en las encuestas. Y todo lo demás, lo verdaderamente urgente, sigue en la lista de pendientes porque por lo general, no están las condiciones dadas para emprender políticas públicas ya indispensables e inaplazables en educación, salud, empleo, pobreza, alimentación, desarrollo urbano, promoción económica, medio ambiente, infraestructura, justicia, seguridad.

Insisto, aunque los partidos políticos y sus dirigentes y candidatos no lo quieran ver: la sociedad mexicana es políticamente madura y cada vez más. Mejora la memoria y los niveles de conciencia y participación. Hay una efervescencia, casi frenesí por querer saber, por protegerse contra la manipulación, por estar mejor informados y tomar las mejores decisiones, por hacernos escuchar y que nuestra voz valga y cuente; por el rechazo a la impunidad y contra la impotencia, contra la clase política y su inopia, es decir, su indigencia, pobreza, escasez.

Artículo publicado en El Informador el sábado 5 de mayo de 2012.