Ciudad adentro
En una rápida y somera revisión de algunos medios de
comunicación en línea correspondientes al día de ayer, me di cuenta (y en
realidad no es nuevo) que las últimas noticias y en general, las notas
destacadas en las diferentes páginas están relacionadas con el crimen
organizado, la corrupción y las malas decisiones de los políticos. De entre
toda la información resalta la relativa al escándalo de la Línea 12 del Metro
en la Ciudad de México, que se inscribe también en el apartado de la corrupción
y las malas decisiones, negligencia y otras conductas que, ahora resulta, son
lo que es noticia.
Y no es que quiera sólo buenas noticias, de hecho, esas
posturas optimistas a ultranza o de “felizología” no van conmigo y creo que el
lector lo sabe; sin embargo, confirmo –porque esto tiene tiempo— que los
periódicos y medios digitales en general, no se diga los electrónicos, se han
convertido casi en medios de nota roja o policíaca, un género que hace algunos
años, unos 30, 20 todavía, ocupaba las últimas páginas de las secciones.
Y no juzgo a los medios (algunos si lo merecerían, pero
no es el tema central de este comentario) que no son sino reflejo de una
realidad que nos lacera y nos rebasa, nos atemoriza y nos indigna a un tiempo,
pero contra la que no se avizora una pronta solución. Las medidas tomadas hasta
ahora ni a paliativo llegan.
La situación en Michoacán se sale de las manos, el
Gobierno federal opta –como ya ha sido denunciado— por dividir a los grupos de
autodefensas y traicionar acuerdos; Fox y Elba Esther Gordillo son como zombis políticos, muertos vivientes que
siguen dando de qué hablar y generando indignación y coraje; y a nivel local
sigue en cartelera el vaudeville del
transporte público urbano (muy elegante nombre para tan barato espectáculo,
pero bueno).
Siento de pronto que México y Jalisco se nos van como
agua entre los dedos, que estamos en la inopia y en una especie de espacio sin
tiempo ni clima ni color ni movimiento ni nada, nada de nada.
Sin embargo, al avanzar en las mismas páginas de los
medios digitales hacia notas que apenas tienen una “llamada” en primera, que
ganaron un espacio en el sumario o que se encuentran en la relación de
información al minuto de última hora, aparece una información sobre nuestra
economía, me percato que sí pasa y que no son buenas noticias tampoco: el Banco
de México dice que la economía nacional “no ha dado muestras claras de mejoría”.
Así de anodina la afirmación de algo que es grave y nos
afecta a todos; porque además, en el apartado de “notas relacionadas” nada más
leer las cabezas es fácil darse cuenta de que la situación es más grave de lo
que nos quieren hacer creer aun cuando la información esté “escondida” en el
mundo de datos que nos envuelve: “Retroceden ventas en enero: INEGI”; “Débil
alza en consumo al cierre de 2013: INEGI” y “SHCP: cae dinamismo por medidas
tributarias” (la última cabeza es fatal, el dinamismo al que se refiere el
título de la nota es al de la demanda
agregada que contempla aspectos como ingreso, consumo, gasto público y
exportaciones, un concepto muy conveniente para disfrazar realidades).
Por cierto, con relación a la última nota, resulta que es
una declaración del titular de Hacienda, Luis Videgaray, en el foro anual de
Bloomberg, en donde dijo (si está parado mejor siéntese) que las reformas estructuras (sí, esas que llevan y traen como la
gran cosa y que dizque son la panacea) ampliarán
el potencial de crecimiento económico del país, aunque esa condición se dará en
los próximos años. Sí, así como lo escucha. Y seguramente, si alguien
preguntara o reclamara, el funcionario sin duda respondería que sí, que por qué
la sorpresa, que siempre lo advirtieron, que cómo es posible que no nos hayamos
dado cuenta, que no hayamos prestado atención, que estábamos distraídos con el “Chapo”
o la reina de Inglaterra; o quizá, con tono amonestador diría: “Es importante
leer las letras chiquitas”.
Así las cosas, todo indica que nuestra economía sigue
vulnerable y precaria –y si no, verifique cuánto trae en el bolsillo o en la
cartera— pero para qué nos preocupamos si el Príncipe Felipe de España saludó
especialmente efusivo a Angélica Rivera, la esposa de Peña Nieto ¿qué más
queremos? Nota roja más rosa y todos en paz
¿o no?
Publicada en El Informador el sábado 22 de marzo de 2014.