Ciudad adentro
Cuando se aprobó la dizque reforma política, equiparé el “producto”
con una especie de monstruo, un engendro deforme y gigantesco, como los kaijus de Guillermo del Toro. La
traducción literal del japonés es “bestia extraña” y sí, lo sostengo ahora que,
fuera metáforas cinematográficas, ya quedaron listas para su publicación y
entrada en vigor las leyes secundarias en la materia.
Algún político y creo que sólo fue uno entre 500
diputados, dijo que con las leyes secundarias aprobadas ayer, lo que se está
logrando es fortalecer la partidocracia, consolidarla; y coincido. Pero esto no
es lo peor.
Desde hace meses, cuando todo esto estaba en pleno
enjuague y estira y afloja, los expertos, los que sí saben, como José
Woldenberg y María Marván Laborde, llamaron la atención muy a tiempo como para
ser tomados en cuenta, sobre la regresión, el retroceso histórico que implicaba
hacer un solo organismo electoral nacional que se encargara prácticamente de
todo. El atentado era contra el federalismo, dijeron entonces. Hoy, los hechos
se han consumado y vamos a ver en 2015 cuando se apliquen los cambios
principales, cómo va a operar el sistema electoral.
El Instituto Nacional Electoral (INE) tiene todas las
facultades para intervenir en comicios locales. Se supone que sólo en dos casos:
cuando en la entidad de que se trate esté en riesgo la paz pública (léase
Michoacán y Tamaulipas, pero también pueden ser Guerrero, Jalisco, Oaxaca y/o
Veracruz…) y cuando no existan condiciones políticas idóneas ¿¿¿??? Sí, bueno
¿y eso quién lo determinará? Los consejeros electorales nacionales que llegaron
ahí por la vía de las cuotas partidistas; y bastará con que cuatro consejeros
se pongan de acuerdo, que coincidan en que no hay condiciones para “atraer”
procesos electorales locales. Estas facultades me parecen una oportunidad para
la corrupción, para la manipulación; para que, a la hora de la hora, lejos de
tener certidumbre, la desconfianza cunda; me imagino lo que llegarán a hacer
los partidos, especialmente los más poderosos si acaso ven que están perdiendo
alguna elección. ¿A qué se refieren con la ausencia de condiciones políticas idóneas? A que munícipes, gobernadores y el
mismo Presidente de la República así como otros actores políticos (del Poder
Legislativo y del Judicial) se entrometan en los comicios siempre y cuando las
intromisiones o injerencias, sean comprobadas, si no, no. Ajá.
El común denominador de la reforma política y sus leyes
secundarias es la ambigüedad y también algunas trampas, por ejemplo: los
requisitos complicadísimos para que cualquier ciudadano pueda ser candidato. El
interesado debe reunir miles y miles de firmas; 100 mil por ejemplo, si se
pretende ser candidato al Senado; para ser candidato a la Presidencia de la
República, es necesario reunir firmas en una cantidad equivalente a uno por
ciento del padrón electoral, ahorita más o menos serían 800 mil firmas.
Otro asunto raro (quizá no tanto) es que se les haya
quitado a todos los organismos estatales –que pasan a ser casi sucursales
decorativas del INE— una de sus funciones sustantivas: la capacitación. Muy conveniente
para justificar presupuesto y gastos sobre todo en años no electorales y, la
verdad, ineficiente a lo largo y ancho del país como podemos comprobar nada más
volteando a nuestro alrededor. Ahora bien, no creo que porque esa área sea
ahora facultad exclusiva del INE las cosas cambien, más bien van a concentrar
todo el presupuesto “etiquetado” para esa actividad y no veremos resultados
palpables como es costumbre.
Los organismos locales nada más podrán organizar
elecciones siempre y cuando no sean “atraídas” por el INE; y no todo; ya no
identificarán casillas; no habrá ya casillas “espejo” (así que no tendrán que
insacular ciudadanos); el INE también se encargará de la geografía electoral
(división por distritos) y como ya había dicho, de la capacitación.
De plano los hubieran desaparecido, pero como los
diputados no quisieron verse mal, optaron según ellos por una solución
“híbrida” y ¿qué creen? Para los que pensábamos (a pesar de lo que dijo el
senador Chema Martínez, uno de los principales impulsores de esta reforma, de
que nunca estuvo en las justificaciones el ahorro presupuestal) que habría
algún tipo de ahorro, pues no; y, lejos de eso, aunque no se relaciona con
el INE, pero sí con el Tribunal, sí se
aprobó una pensión vitalicia para los magistrados.
El único punto rescatable y está en veremos porque los
partidos y sus operadores se pintan solos para hacer obsoletas las leyes
incluso antes de que entren en vigor, es el de retirar precandidaturas y
candidaturas si se rebasan los gastos de campaña; un poco de atolito… para que
no digan.
El retroceso es histórico y descomunal. ¡Qué vergüenza!
después de que México llegó a ser el gran ejemplo mundial.
Publicado en El Informador el sábado 17 de mayo de 2014.