Ciudad adentro
A ver, una
pregunta ¿si no hubiera Mundial los legisladores habrían hecho a un lado las
leyes secundarias en materia energética o las de la reforma política? ¿Se
habrían esperado o, al contrario, hubiesen adelantado la discusión para tener
todo listo antes del Mundial y que la gente no se distrajera? ¿Habrían hecho
caso de los señalamientos de la sociedad civil experta y organizada? Por favor.
Claro que no.
Diputados y
senadores y demás especímenes de la clase política como los dirigentes de
partidos, de todas maneras ignoran a la sociedad, a las organizaciones, a los
académicos y a los periodistas y analistas preocupados por lo que se está
aprobando en el Congreso de la Unión; hace años, ahora y siempre.
De modo que
hasta el discursito ese de “¿sigues en el Mundial?” me parece más distracción
que el mismo futbol y una información que contribuye a sentirnos impotentes
pero también culpables en muchos casos (es
que somos taaan apáticos, tenemos el gobierno que merecemos –sorna
incluida) de algo que de todas maneras no podemos evitar…Desgarre inútil de
vestiduras. Ahora, si no nos sentimos culpables, alguien por ahí lo echa en
cara y lo remarca y resulta que hasta de los arreglos, imposiciones,
autoritarismo y asalto en despoblado de la clase política somos culpables.
Lo he dicho
y escrito en otras ocasiones pero lo quiero repetir porque es muy fuerte lo que
nos quieren hacer creer que somos y no somos. La mayoría en este país no vota
de manera deliberada por el peor; incluso quienes saben que votaron por el peor
tienen la secreta esperanza de que al llegar al poder no sea tan malo. No
tenemos el gobierno que nos merecemos, no un país, una nación, una población
que, la mayoría, vive y sobrevive cotidianamente, entregada a los esfuerzos y
trabajos de todos los días para sacar adelante a la familia. Hay problemas
económicos que enfrentar, de mala atención en los servicios de salud (el IMSS
está cada vez peor), de educación deficiente; se lidia todos los días con
infraestructura de mala calidad que genera costos en varios aspectos (tiempo,
dinero, estado de ánimo); con la corrupción de funcionarios del más bajo hasta
el más alto nivel de la burocracia en todos los órdenes; es preciso atender
además los conflictos laborales, familiares; se abordan los retos que implica
la formación de los hijos y todavía, nos involucramos y participamos, tratamos
de estar por lo menos informados de lo que sucede en nuestro entorno, de lo que
hacen los políticos y gobernantes; hay asociaciones civiles que además de todo
esto aportan su talento y experiencia, su formación académica para decirles a
los políticos qué hacer y cómo, qué queremos y qué no, pero son soberanamente
ignorados.
El PRI, con
su mayoría en el Congreso y los partidos comparsas, no necesita de nadie más
para llevar adelante las leyes secundarias y están haciendo lo que les da la
gana. Me encontré una nota en donde se reclama al lector si sigue en el Mundial
mientras los legisladores aprobaron en cinco días las normas secundarias de la
Reforma energética. Mucha gente no está atenta del Mundial, sino más bien
enfrascados en sacar adelante todo lo que hay que sacar adelante ¿y? ¿Eso
impedirá que se aprueben de todos modos las leyes que tienen fraguadas desde
hace tiempo? Ni la oposición puede hacer algo.
Los niveles
de impotencia, eso sí, son mayúsculos, y se incrementa al conocer, por ejemplo,
esa estupidez (que ojalá los senadores corrijan) de eliminar de un delito
electoral, la palabra “orienten” que era una prohibición expresa para los
ministros de culto con relación al voto. Es decir, los ministros de culto
pueden “orientar” el sentido del voto, no inducir ni presionar, pero orientar
sí.
En resumen
pues, futbol o no futbol, la clase política mexicana, autoritaria, cínica y
desfachatada, de todas manera hace lo que quiere, como quiere, atiende sus
intereses de grupo y de partido e ignora a los mexicanos en su conjunto,
particularmente a los más desfavorecidos.
Publicado en El Informador el sábado 21 de junio de 2014.