sábado, 25 de enero de 2014

La perfección

Ciudad adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

México está inmerso en una revolución silenciosa porque ha llevado adelante, con el concurso de todas las fuerzas políticas, las reformas estructurales en materia de telecomunicaciones y educación, más las reformas energética, fiscal y financiera. Y México está captando grandes capitales de inversión extranjera directa; ahí están los números.
El país está casi, casi en los cuernos de la luna y la inseguridad bajo control porque, por ejemplo, el Gobierno federal nunca alentó la formación de los grupos de autodefensa en Michoacán, al contrario, desde el 13 de enero pasado envío fuerzas para que se hagan cargo de la seguridad en esa Entidad, además de que se han abatido en 30% los índices delictivos, especialmente en Monterrey y Ciudad Juárez (¿se acuerdan de la “medición” con notas negativas que exaltó Osorio Chong?).
Por si fuera poco, también en el marco del Foro Económico Mundial de Davos, Peña Nieto ¡firmó un acuerdo! --quién sabe de qué porque las notas publicadas no lo precisan-- con la OCDE (¿O será la OSD? Con eso de que se le perdona todo y hasta chistoso resulta) que encabeza el mexicano que fuera funcionario federal en administraciones priistas, José Ángel Gurría.
La perfección. A lo que sin duda se suma la omisión de la secretaria Ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, quien no se refirió ni por un momento (al menos la información difundida a través de internet no indica lo contrario) a los datos que esa organización, la Comisión  Económica para América Latina, acababa de dar a conocer en el sentido que México es el único país de la región en donde se ha incrementado el número de personas en pobreza extrema y en la indigencia ¿cómo no dijo eso? ¿Para qué sirve entonces?
Creo que mínimamente, la CEPAL y sus estudios deberían servir para que los países señalados pongan cartas en el asunto, que diseñen políticas públicas para resolver, para reducir los índices de pobreza… Además de todo, suerte. Seguramente la funcionaria de la CEPAL no tuvo corazón para aguarle la fiesta al mandatario mexicano con los datos más recientes de la pobreza en el país.
Fuera sarcasmos y jiribilla, me parece sumamente grave que mientras en México el índice inflacionario galopa y la inconformidad crece por varias cuestiones, al otro lado del Atlántico se pretenda aparentar que todo es perfecto.
La inconformidad crece no sólo en Michoacán por la inacción del Estado contra la delincuencia; o por el mal manejo que se hizo recientemente al intentar desarmar a las autodefensas cuando no se habían hecho detenciones del grupo criminal conocido como los Templarios.
La inconformidad crece porque las reformas estructurales que Peña Nieto fue a presumir a Davos no lograron el consenso de la población, al contrario; y en lo que se implementan (si es que se cumple con lo prometido) las tarifas de gas y gasolina siguen en aumento. La carga es cada día más pesada para quienes viven en pobreza y pobreza extrema (más de 50 millones de mexicanos) y, sobre todo, para los más humildes, pero eso sí, cautivos contribuyentes. Las nuevas facturas y la venta de los programas necesarios para su envío y/o impresión, la necesidad de contratar a un contador y los incrementos en todos los servicios, desde los municipales hasta los federales, están dando como resultado falta de liquidez y un acumulamiento incontenible de molestias, más los rezagos que venimos arrastrando desde hace décadas en servicios sanitarios, educativos y otros.

Pero allá en Davos, México es perfecto.

Columna publicada en El Informador el sábado 25 de enero de 2014.